Premisas para un acuerdo con la U. Europea

El acuerdo comercial que se negocia entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) debe tener en cuenta que lo importante para Sudamérica es su industrialización, afirmó el dirigente y político argentino Alejandro Karlen, integrante del Parlamento del Mercosur (Parlasur) luego de la visita a Buenos Aires realizada el pasado 28 de enero del canciller de Alemania, Olaf Scholz, en el marco de una gira que incluye Chile y Brasil.

“Somos proclives a establecer un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Pero se necesita tomar en cuenta lo importante para Sudamérica, y esto significa que Brasil no puede abdicar de su derecho de reindustrializarse, así como Argentina no puede abdicar de ser un país con una fuerte industria. Un acuerdo es para que todos ganen”, enfatizó Karlen.

El entrevistado agregó que “desde el Mercosur lo que queremos discutir con Europa es no renunciar a nuestro interés de reindustrializar”.

El acuerdo comercial entre el Mercosur (integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la UE se alcanzó el 28 de junio de 2019, después de 20 años de negociaciones, pero aún tiene pendiente su ratificación por parte de ambas partes.

“Es importante destacar que la creciente preocupación de los europeos por la seguridad de su abastecimiento energético, de materias primas y de alimentos ha provocado un cambio”, explicó Karlen.

Karlen consideró que tras la visita de Scholz a Argentina se puede inferir que “Alemania apoya la realización de un ambicioso acuerdo UE-Mercosur por razones geo-estratégicas, económicas, de política exterior y de sostenibilidad”.

“La UE tiene una ventaja comparativa en la producción de bienes de alto valor. En concreto, se trata del sector químico, el sector transportes, producción de maquinaria, productos eléctricos, y el sector de los servicios financieros y de la construcción”, mencionó el experto.

Añadió que el Mercosur, por su parte, tiene “una ventaja comparativa” en la producción de bienes intensivos, en recursos naturales y bienes manufacturados de base, entre ellos productos agrícolas y minerales.

Recordó en ese sentido que “la teoría más heterodoxa, la vieja teoría de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dice que la integración es buena siempre y cuando los socios sean simétricos. En esas condiciones la integración puede dar lugar a beneficios mutuos”.

“Ahora, si los socios que se están integrando son muy asimétricos, el acuerdo también debe serlo. El socio más desarrollado tiene que hacer muchas más concesiones, tiene que liberalizar mucho más que la región menos desarrollada, que tiene que hacer muchas menos concesiones”, advirtió el entrevistado.

Explicó que esa tesis es lo que se conoce dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) como “trato especial y diferenciado”, al representar uno de “los principios fundamentales de las negociaciones entre países desarrollados y países en desarrollo”.

Sobre la integración regional, el integrante del Parlasur sostuvo que en la instancia “pensamos que América Latina ha realizado un recorrido por distintos intentos de integración durante la segunda mitad del siglo XX y que este proceso es el de la reconstitución de una nación balcanizada por la historia”.

“Por eso pretendemos, con nuestro trabajo desde el ámbito parlamentario, aportar al afianzamiento del Mercosur como el más consolidado proyecto de integración latinoamericano vigente en los comienzos del siglo XXI, en el ámbito económico e incluso político”, remarcó.

Karlen señaló que el tema de una moneda común regional se abordó en el marco de la VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), llevada a cabo el pasado 24 de enero en Buenos Aires, Argentina.

“Ello nos abre la posibilidad de generar economías de escala a través de la creación de mercados más grandes”, consideró el entrevistado, además del “incremento en la productividad y del comercio derivado de la eliminación de cualquier tipo de barreras para los factores productivos”.

Describió que una moneda común podría generar un bloque regional con mayor poder para negociar y discutir acuerdos multilaterales con el resto del mundo.

“Personalmente me he ocupado del tema y estoy promoviendo que se institucionalice el Banco Central del Mercosur, desde un proyecto de mi autoría”, dijo.

Con todo, el representante argentino del Parlasur admitió que la integración sudamericana presenta grandes desafíos de poder convertirse “en una herramienta útil para lograr el ansiado desarrollo económico”.

“Debemos allanar algunos obstáculos, como la falta de credibilidad en las instituciones, el mayor compromiso de los países miembros y un nuevo impulso a la armonización de las políticas en todos los Estados que forman parte”, enumeró.

Fuente: spanish.china.org.cn

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