México: el “lopezobradorismo” como espina dorsal de la cuarta transformación

Por Ismael Carvallo Robledo

Planteamiento general

Se trata de definir las líneas fundamentales de lo que queremos llamar lopezobradorismo como principal corriente ideológico-política de vertebración de la Cuarta Transformación, de cara tanto a la situación actual del país, de su gobierno y de la dinámica legislativa, como al escenario de lucha político-electoral en los años y sexenios por venir.

Como tal corriente, el lopezobradorismo debe ser visto como cauce histórico de apertura de un horizonte estratégico de largo plazo, dentro del cual habrán de manifestarse corrientes complementarias ofrecidas no ya de manera alterna sino como desdoblamientos orgánicos, internos a sus confines naturales.

Y esto es así porque, desde nuestra perspectiva, no se trata tanto de una corriente nueva o externa a la tradición histórica de México, cuanto de la expresión genuina y madurada de sus fundamentos más asentados en el sentido común nacional-popular, que van del nudo histórico de la tendencia de Chilpancingo de José María Morelos y Pavón al nacionalismo desarrollista de López Mateos, pasando por el liberalismo juarista, el democratismo maderista, el liberalismo magonista, el nacionalismo revolucionario cardenista, la revolución democrática neo-cardenista o el humanismo clásico e hispanoamericano de Alfonso Reyes (Cartilla Moral).

Premisas de interpretación

Premisa uno

Al surgir MORENA desde la oposición como movimiento de diversidad de corrientes capitaneadas y sintetizadas por un liderazgo fuerte y carismático (AMLO), el paso a su consolidación como partido político una vez alcanzado el poder presidencial está en fase transitoria.

Premisa dos

Por analogía histórica, la situación en la que se encuentra hoy MORENA es similar a la del surgimiento del Partido Nacional Revolucionario (1929), que, dentro de un movimiento de revolución social, política y sobre todo armada, cristaliza en un conjunto de acuerdos políticos que se institucionalizan para dar vida a un partido de gran estabilidad al haber conjugado el formato de partido de cuadros y de masas, desactivando la inestabilidad producida, precisamente, por los liderazgos carismáticos, que es el esquema de funcionamiento político de López Obrador, que rompió con el perfil histórico por excelencia del PRI, que es el de Adolfo Ruiz Cortines.

Desde un punto de vista internacional más amplio, la situación del partido es comparable también a la del Partido Comunista de la Unión Soviética una vez ganada, desde la oposición al Imperio zarista, la Revolución bolchevique de 1917, con el catastrófico efecto que produjo la prematura muerte de Lenin para los efectos de la renovación del secretariado general.

Premisa tres

Para efectos de consolidación histórica del movimiento, es necesario transformar el liderazgo de López Obrador en corriente ideológica objetiva, a fin de activar adherencias políticas a todos los niveles a través de la incorporando su trayectoria y pensamiento dentro de lo mejor de la historia y de la tradición de México.

Líneas fundamentales del lopezobradorismo.

A. Pensamiento político de López Obrador según su obra publicada.

Con excepción de dos títulos de carácter más bien histórico y biográfico (El poder en el trópico, Planeta, México, 2015; Catarino Erasmo Garza Rodríguez. ¿Revolucionario o bandido?, Planeta, México, 2016), el formato al que mejor se ajusta la mayor parte de la obra publicada por Andrés Manuel López Obrador es el del panfleto o manifiesto político, es decir, el libro escrito en un tono y una escala eminentemente práctica y sencilla, dirigido a las grandes multitudes a efectos de levantarlas y activar su voluntad en función de un llamado a la acción concreta, en una línea que se conecta de manera directa con La sucesión presidencial en 1910 de Francisco I. Madero, publicado en 1908.

Desde la clasificación del saber político de Gustavo Bueno, el pensamiento de López Obrador encajaría en el tipo uno, que es el saber político ejercitado, es decir, el que se entiende como derivado de la experiencia directa de quienes participan activamente (y no pasivamente, como puede ser el caso del académico, el experto o el erudito) en la vida política práctica o Realpolitik, como se suele decir. A este tipo de saber pertenecen las memorias de estadistas o exfuncionarios de gobierno (pensemos en Mis tiempos de José López Portillo, La Segunda Guerra Mundial de Churchill o la serie de cinco volúmenes de las memorias de Vasconcelos, el primero de los cuales es, como sabemos, Ulises criollo), o también los manifiestos o panfletos, precisamente, como el de Madero ya citado, el ¿Qué hacer? de Lenin o el manifiesto político por excelencia: el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels[1].

El tipo dos de saber político según Bueno es el de las ciencias o disciplinas políticas, que como se podrá entender pertenecen ya al ámbito de la academia, universidades o centros de investigación. Las disciplinas políticas pueden ser a su vez empíricas (antropología política, sociología política), históricas (historia política), doctrinarias o dogmáticas (teoría del Estado, derecho político, derecho constitucional) o también formales (teoría de juegos, aritmética electoral).

El tercer tipo de saber político es el de la filosofía política, en donde se encuentran tratados de un sistematismo y un nivel de abstracción mucho más desarrollado, y en donde quedarían encuadrados textos como la Política de Aristóteles, la Filosofía del derecho de Hegel, el Tratado teológico-político de Spinoza o el Primer ensayo sobre las categorías de las ciencias políticas de Gustavo Bueno, precisamente.

Esta es, a nuestro juicio, la perspectiva más adecuada para comprender el sentido, escala y propósito de los libros de López Obrador, a fin de que nos sea posible extraer de ahí las coordenadas básicas de su pensamiento político de cara a la tarea de delimitar y perfilar al lopezobradorismo como corriente histórica fundamental.

A continuación, ofrecemos un resumen telegráfico de sus principales libros en función del propósito planteado, lo que nos permitirá encontrar también el hilo conductor de una trayectoria política que en retrospectiva nos parece determinada por una claridad y una coherencia contundentes.

2005Contra el desafuero. Mi defensa jurídica. Exposición de los argumentos de defensa jurídico-política de López Obrador en el contexto de su desafuero entre los años de 2004 y 2005, y del que emergió, luego de la inolvidable sesión de la Cámara de Diputados para dictaminar la suspensión del fuero, como el principal opositor nacional y líder histórico de toda una generación.

2007. La mafia nos robó la presidenciaEscrito en el contexto del fraude histórico de 2006 y de la subsecuente organización del movimiento de resistencia civil pacífica más importante de la historia moderna de México, dentro de la cual tomó la decisión de configurar la Presidencia Legítima para dar cauce, estructura, organicidad y dirección al descontento social de cara a los años en ese entonces por venir. Recuento biográfico: Tabasco, Carlos Pellicer, la UNAM, Salvador Allende y el Gobierno del DF. Planteamiento de la necesidad de poner un alto radical a la república simulada bajo la consigna “nunca más la violación al interés general y al interés del pueblo”.

2008La gran tentación. El petróleo de México. En este libro se ilumina uno de los aspectos estratégicos más importantes del lopezobradorismo: el petróleo y la capacidad del Estado mexicano para controlar, producir y distribuir energía a escala nacional. López Obrador lidera la resistencia contra la reforma energética de Calderón (no olvidar que el PAN se funda en 1939, al año de la expropiación petrolera del general Lázaro Cárdenas, es decir, que el PAN es, histórica y constitutivamente, el partido anti-cardenista por excelencia de México). El Congreso y el país se movilizan y se politiza a nivel social y ciudadano este tema medular del nacionalismo y el patriotismo. La reforma es frenada. En el libro expone AMLO la tesis de que el petróleo es el pivote articulador de la soberanía nacional, y debe recuperarse su función como sustento de la independencia económica del país. La historia de su defensa es la historia de las grandes gestas del pueblo y la de sus buenos gobernantes, como lo fue el general Cárdenas.

2010. La mafia que se adueñó de México y el 2012La guerra al narcotráfico de Calderón tenía al país en situación de devastación, y era el año de la celebración de los Bicentenarios, que carecieron de sentido y congruencia histórica. En el libro, plantea AMLO que la tragedia nacional moderna es el resultado de una concentración neo-oligárquica de poder y riqueza económica organizada durante los últimos 30 años. Treinta son los personajes que mandan en México: dieciséis hombres de negocios, once políticos y tres tecnócratas. López Obrador los nombra uno a uno al modo en que Luis Cabrera denunciaba los “cargos concretos” de la mafia de los “científicos” del porfirismo a principios del siglo XX y en los albores de la revolución.

2012No decir adiós a la esperanza. Segunda candidatura presidencial de López Obrador. Aplastante movilización del régimen y del aparato político para frenarlo. Triunfa Enrique Peña Nieto y se encamina nuevamente la reforma energética. Nuevo balance biográfico-político de López Obrador en el libro, destacando los logros fundamentales del movimiento hasta esos momentos: organización del pueblo, conquista de espacios políticos al interior del sistema y el cambio de mentalidad de amplios sectores de la población.

2014. Hoy como ayerEn 2013 se decreta la Reforma energética y se cierra el ciclo histórico de la Revolución mexicana. Ricardo Anaya es presidente de la Cámara de Diputados, y principal orador, desde el Congreso, en la promulgación de la reforma. Luis Felipe Bravo Mena (PAN) declara: Enrique Peña Nieto ha llevado a cabo el proyecto histórico de Acción Nacional. Es la muerte del PRI como proyecto histórico nacional. El régimen neoliberal es conceptuado por López Obrador como neoporfirismo, y plantea que el Porfiriato es el origen del actual régimen mexicano. El período de 1876 a 1910 es similar al de 1988 2012: prácticas antidemocráticas para que una élite se mantenga en la opulencia y la acumulación de riqueza, y para que tierras, aguas, bosques, minas, ferrocarriles, petróleo y electricidad, entre otros bienes nacionales, sean entregados a particulares nacionales o internacionales. La revolución maderista debe replicarse ahora, pero de manera pacífica y democrática.

2018La salida. Decadencia y renacimiento de México. Tercera candidatura presidencial de López Obrador. El movimiento presenta ya una densidad y una potencia política contundente. Última oportunidad de AMLO para ganar la presidencia. En el libro se señala el problema central de la corrupción y la indolencia de la oligarquía neoporfirista como los principales problemas de México. Sin que lo mencione en su libro, Luis Cabrera es nuevamente el autor en quien se puede pensar según las tesis de AMLO, que convoca al país entero, y a todos los sectores de la sociedad, a un nuevo acuerdo nacional basado en la honestidad bajo el principio del general Francisco J. Múgica, según el cual la prosperidad y el renacimiento de México se pueden conseguir a través de ‘la simple moralidad y algunas pequeñas reformas’.

2019Hacia una economía moral. López Obrador es presidente de México, y lo logra como el candidato más votado de la historia y el que tiene la mayor legitimidad jamás lograda por presidente alguno. En el libro plantea que la reconstrucción nacional se logrará a través de la erradicación de la corrupción, el impulso del desarrollo económico y social, el combate a la inseguridad, el establecimiento del bienestar para las mayorías y una reforma moral.

B. Referentes históricos nacionales e internacionales.

Además de la obra publicada, y en esa misma perspectiva de saber político ejercitado (tipo uno según la clasificación de Gustavo Bueno), detectamos algunas referencias históricas tanto nacionales como internacionales, así como provenientes del ámbito intelectual, histórico o político que nos parece imprescindible destacar así sea a modo solamente indicativo, sobre todo para salir al paso a los temores verdaderamente desquiciados, indoctos y pedestres de quienes ven en él, su gobierno y la 4T un peligro comunista o marxista.

A escala nacional, y en el ámbito fundamentalmente político, las principales referencias que detectamos en AMLO, según los ha ido mencionando y evocando en discursos en las plazas públicas durante todos estos años, o en mítines o en las mañaneras, son las de José María Morelos, de quien nos parece que rescata, sobre todo, el principio de la necesidad de moderar la indigencia y la opulencia (Sentimientos de la Nación); Benito Juárez, de quien consideramos que recupera su firmeza, su austeridad y su dignidad, así como el valor de la república como causa nacional; los hermanos Flores Magón, en quienes encuentra ejercitadas las causas de la justicia, la libertad y el repudio de la tiranía; Francisco I. Madero, en quien claramente reconoce AMLO el estandarte de la democracia, el sufragio efectivo y la no-reelección; Francisco J. Múgica, de quien rescata la moralidad, el sentido común y la sencillez de las reformas básicas; Lázaro Cárdenas, bastión histórico fundamental del nacionalismo revolucionario y la soberanía; y Adolfo López Mateos, el presidente nacionalista, desarrollista y leal a la constitución que nacionalizó la industria eléctrica para México.

En el ámbito de los historiadores, los artistas y los escritores, vemos en la constelación del lopezobradorismo a Carlos Pellicer, a José Vasconcelos y a Alfonso Reyes (Cartilla Moral) como representantes genuinos del ateneismo intelectual; a Daniel Cosío Villegas, Jesús Silva Herzog y Jesús Reyes Heroles como grandes historiadores de las dos tradiciones vertebrales de México: el liberalismo y el nacionalismo revolucionario; y desde luego que a don Enrique González Pedrero, uno de sus grandes mentores tabasqueños junto con Carlos Pellicer.

A escala internacional, consideramos que los políticos más caros y respetados por López Obrador son Salvador Allende, Nelson Mandela, Abraham Lincoln, Franklin D. Roosevelt y Fidel Castro; por cuanto a los artistas y escritores, acaso podamos decir que es conocida su predilección por José Martí, León Tolstoi y Ryszard Kapuscinski.

C. Directrices político-ideológicas y programáticas.

Ahora bien, desde la perspectiva programática y operativa, que es decisiva para los efectos de la conducción de un gobierno, para el diseño de planes y programas y para ofrecer resultados, creemos que el lopezobradorismo se mueve en los tres planos de configuración nacional fundamentales de la economía, el gobierno y la sociedad con arreglo a los siguientes criterios y directrices generales.

Economía

Nacionalismo económico estratégico como pivote ideológico articulador

Este es el criterio subordinante de la cuarta transformación en el terreno económico, desde el cual se propone el impulso de una economía nacional de mercado, democrática y popular (no oligárquica), con dirección estratégica estatal dentro de la cual el gobierno debe participar de manera preponderante en sectores fundamentales de la economía, como el de los energéticos, la producción/abastecimiento de bienes de primera necesidad (medicamentos, fertilizantes) y la tecnología.

Se respeta la libre competencia (freno de monopolios según el art. 28 constitucional) pero con un respaldo decidido a las industrias estratégicas estatales según se tiene dicho. Por otro lado, la inversión privada legal y legítima, nacional y extranjera, son bienvenidas, apoyadas y fomentadas, pero con una cláusula estratégica de prioridad hacia la propiedad estatal y a la pequeña propiedad primero, y luego a la propiedad del gran capital nacional y el gran capital internacional después.

Se da cumplimiento al principio constitucional sobre la planeación democrática del desarrollo económico nacional (arts. 25 y 26 constitucionales, donde se sustentas las consultas populares) y se orquestará un reequilibrio estratégico del Gobierno de Segundo Piso Neoliberal (“Administrative state” en inglés), entendido como el sistema de comisiones reguladoras controladas por élites tecnocráticas dispuestas por encima del Gobierno de Primer Piso, con el cometido de escudar y aislar a mercados estratégicos desfasados del control gubernamental y democrático nacional.

Todas estas directrices están inscritas en una matriz teórica de neo-desarrollismo keynesiano según nuestra interpretación, caracterizado por el privilegio del gasto social (Estado de bienestar), el gasto productivo (PEMEX, SENER) y el consumo popular (sistema de créditos en la base social) para estimular la demanda general, además de estar complementado por un control estricto del gasto corriente (austeridad) y el criterio de no endeudamiento del país (equilibrio fiscal), el fomento a la industria de la construcción y a las PyME, así como el apuntalamiento del petróleo como palanca de desarrollo estratégico de largo plazo, la promoción estratégica de programas de coinversión público-privada con enfoque de desarrollo regional (el sur-sureste es claramente prioritario) y el fomento del turismo como motor estratégico de desarrollo.

Gobierno

Gobierno austero, republicano, fuerte y respetado

En la parte de la gestión de gobierno, detectamos un conjunto de prioridades y principios de acción que podrían considerarse, a nuestro juicio, constitutivas del lopezobradorismo, y que como tenemos dicho reconocemos insertadas en lo mejor de nuestra tradición nacional.

Se trata fundamentalmente de las siguientes, a saber: combate a la corrupción y a la impunidad, que recoge el principio de moralidad de Francisco J. Múgica; la austeridad republicana y el sentido de honorabilidad en el servicio público, en donde encontramos la sencillez útil y honesta de Juárez y de Narciso Bassols; la reivindicación del gobierno como cabina de mando del Estado, que se puede ver ejercitada en la grandeza política de Lázaro Cárdenas; la reivindicación –también– de la política como ámbito de acción fundamental al servicio del pueblo, de la nación y de la república, en donde vemos claramente el sentido de servicio de Morelos cuando habló de sí mismo como siervo de la nación; la separación del poder político y el poder económico, en donde vemos la severidad de la política de un Jesús Reyes Heroles; y el combate a la petulancia del servidor público de élite y tecnocrático formado como modelo del neoliberalismo educativo, donde aparece nuevamente la simpleza de las reformas necesarias de Francisco J. Múgica.

Sociedad

Reforma moral como mecanismo de regeneración nacional

En el plano de la educación de la sociedad más allá del sistema educativo, hay en el lopezobradorismo un sentido de reforma intelectual y moral desde el que busca dirigir a la nación, con mensajes sencillos que emite para las grandes multitudes a efectos de activar la discusión y la reflexión en torno de la vida buena entendida como vida virtuosa.

Desde esta perspectiva despliega su constante reivindicación de las virtudes del patriotismo, la honestidad, la esperanza, el amor al prójimo y el conocimiento de la historia, que pone en el debate público como principios de acción y de contraste, y de paulatina y gradual compenetración a nivel nacional-popular.

Este es el sentido desde el que propuso difundir, desde sus tiempos de campaña, la Cartilla moral de Alfonso Reyes, organizada en función de, por un lado, la formación para el bien, que en Platón se conecta con la sabiduría y la educación, y en el cristianismo con la caridad y la redención, y por el otro en función de siete círculos de respeto: a la persona, a la familia, a la sociedad natural, a la sociedad política o Estado, a la patria, a la especie humana y a la naturaleza, desde los cuales, con gran claridad, sencillas y erudición generosa, resume siglos de sabiduría colada dentro de la matriz occidental judeo-cristiana, greco-helenística y latino-romana de la que México, en definitiva, forma parte.

Además de ello, el lopezobradorismo tiene una profunda raíz democrática como forma de vida política de la nación, que lo conecta con el maderismo como divisa de limpieza electoral y de participación ciudadana, así como una visión de largo plazo desde la que se ilumina el protagonismo de los jóvenes en la construcción y salvación del país, así como para instrumentar un cambio generacional con mentalidad 4T.

[1] Es justo decir que sin perjuicio de que haya sido un panfleto, el Manifiesto del Partido Comunista es también un texto único y extraordinario, fruto de la conjugación, en la cabeza de un genio (Carlos Marx), de los vectores principales de la historia y la filosofía desde la que resumió las claves constitutivas de una época entera. Para estos efectos, recomendamos ampliamente el libro Karl Marx o el espíritu del mundo, de Jacques Attali (México, FCE, 2005).

Fuente: polemon.mx

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