En el río Paraná, ni yankees ni chinos: ¡Argentinos, uruguayos, brasileños y paraguayos!
En medio de un contexto crítico para Argentina por la sequía histórica, falta de divisas y corrida bancaria, que activó negociaciones frenéticas de Sergio Massa con el Fondo Monetario Internacional para destrabar un desembolso de entre 5 y 10 mil millones para acumular reservas, el embajador estadounidense Marc Stanley visitó una draga que estaba trabajando en Corrientes junto a su par belga, Karl Dhaene.
De esta manera, Stanley marcó posición en un tema geopolítico fundamental en la pelea entre EEUU y China justo cuando el gobierno debe definir los criterios para la nueva licitación del servicio de dragado y balizamiento que, si bien no se concretará en esta gestión, se dejarán sentado los pilares para la nueva concesión.
Por un lado, en el gobierno alientan que el servicio se mantenga en la órbita estatal. El ministro de Transporte, Diego Giuliano, anunció que la administración de la Hidrovía por la AGP garantizó la navegabilidad durante la bajante histórica y logró un superávit de U$S29 millones mejorando la infraestructura y los controles, mientras que los usuarios, las grandes exportadoras y puertos prefieren que sea manejada por un privado con la menor intervención estatal posible.
El embajador Stanley marcó posición en un tema geopolítico fundamental en la pelea entre EEUU y China justo cuando el gobierno debe definir los criterios para la nueva licitación del servicio de dragado y balizamiento.
Lo cierto es que más allá de la discusión interna entre administración pública o privada, lo que preocupa a los Estados Unidos es el avance de China en la región, sobre todo tras el acercamiento de Lula al gigante asiático. La especial atención que Xi Jinping puso en la Hidrovía, una de las rutas fluviales más importantes del mundo para asegurar el abastecimiento de alimentos y energía, alertó al Departamento de Estado que volvió su mirada hacia América Latina.
En ese sentido, Estados Unidos retomó las negociaciones con Paraguay para el desembarco de ingenieros militares norteamericanos en la hidrovía. El mes pasado, los dos países firmaron un memorándum de entendimiento y avanzaron en la elaboración de un plan maestro para la navegabilidad del río Paraguay cuyos estudios serán diseñados y ejecutados con el apoyo técnico del cuerpo de ingenieros del país del norte.
Previamente, la posibilidad de una intervención del cuerpo de ingenieros norteamericanos en la ruta fluvial Paraná-Paraguay detonó la queja de Brasil y de los gobernadores del norte argentino, sobre todo de Insfrán y Capitanich cuyas provincias participan del Consejo Federal de la Hidrovía.
Sin embargo, el impacto de la sequía y la corrida bancaria que presionaron a las reservas al máximo obligó al gobierno a acercar posición con EEUU para tratar de acelerar el desembolso de fondos frescos para parar la suba del dólar y garantizar las importaciones para la producción, en definitiva, pragmatismo para enfrentar la delicada situación. Sergio Massa se puso al hombro las negociaciones y mantiene contacto permanente con representantes de la administración Biden.
Me impresionó el trabajo de calidad que la compañía belga está haciendo desde hace varias décadas en la Argentina y la región.
En ese marco, el embajador norteamericano, Marc Stanley, viajó a Corrientes junto a su par del Reino de Bélgica, Karl Dhaene, para visitar la draga Alfonso de Albuquerque que pertenece a Jan de Nul, la empresa que tiene a su cargo el servicio de dragado en la hidrovía desde hace más de 25 años. No es un detalle menor que Estados Unidos y Bélgica son aliados en la OTAN.
“Me impresionó el trabajo de calidad que la compañía belga está haciendo desde hace varias décadas en la Argentina y la región”, escribió el diplomático en su cuenta de Twitter en un doble guiño a la continuidad de Jan de Nul al frente del servicio e impedir que China avance con el control del servicio a través de Servimagnus, una empresa subsidiaria de CCCC Shanghai Dredging, que participa de las licitaciones pero que le ha generado más de un dolor de cabeza a la Administración General de Puertos por los incumplimientos de los contratos.
Es que la Shanghai Dredging es una empresa estatal china íntimamente vinculada al poder militar del Partido Comunista que en Argentina opera a través de Servimagnus y en el Departamento de Estado de EEUU la consideran una puerta de entrada al control político de la región.
En consecuencia, el embajador norteamericano se metió de lleno en el tema con un inusual viaje para un diplomático que se fue al medio del río Paraná, a la altura de Corrientes, para fotografiarse en una de las dragas de Jan de Nul.
Debemos constituir empresas nacionales del Mercosur para organizar y explotar los recursos de la navegabilidad de la Cuenca del Plata. Sin chinos, belgas o norteamericanos. ¿O debemos organizarnos para una nueva batalla en la “Vuelta de Obigado?