La nueva realidad social es políticamente incorrecta. Por Horacio Paccazochi
Así parece para la dirigencia del principal partido opositor, que vio esfumarse gran parte de su caudal electoral en la última elección presidencial, en donde ni siquiera agradeció el 40% de los votos a favor sino más bien se dedicó a menospreciar el voto a Milei
Se critica al actual gobierno por la toma de deuda externa y por permitir la evasión cuando durante los tres últimos gobiernos peronistas no solo se pagó religiosamente, sino que no se controló la evasión, (21.400 millones solo en 2013). además de premiar a evasores y desfalcadores como Vicentín con créditos de bancos estatales. Lindo ejemplo para millones de argentinos de a pie, pequeños empresarios y emprendedores que son castigados si no cumplen al pie de la letra con sus impuestos.
Cómo no entender que ante tanta frustración una propuesta como la de Milei de bajar impuestos, de liberar actividades súper controladas hasta la asfixia, en estas condiciones, por el estado no iba a calar hondo en importantes sectores de la sociedad.
Todo esto sin entrar en temas culturales que solo interesan a una elite cada vez más reducida de una clase media en vías de extinción. Pero hay cuestiones tanto o más importantes que no se observan. Veamos.
LA ARGENTINA HA CAMBIADO
Quienes caminamos las calles hace muchos años venimos observando mutaciones importantes en nuestra sociedad.
Alrededor de los cascos urbanos de las ciudades, sobre todo del interior, ha ido creciendo una urbanización poblada de compatriotas que no se sienten ni son considerados parte del sistema de la Argentina tradicional. Con esto queremos decir ciudadanos que no pertenecen a un sindicato, o que no tienen trabajo en “blanco”. Que no pertenecen a los barrios tradicionales de clase media, o de trabajadores industriales y que se ganan la vida sin ayuda del Estado, incluso a pesar de él.
El otrora centro comercial de las ciudades se ha desplazado a la periferia donde aparecen y desaparecen miles de oficios de sobrevivencia desde hacer tortas, cortar el pelo, manicura, remises truchos, y arregla todo entre muchos más que sería interminable enumerar, y que no entran en las listas de la AFIP-ARCA porque ni siquiera llegan al monotributo.
También sus viviendas construidas a “pulmón” no entran en los planes de los candidatos municipales y crecen en barrios inundables, sin asfalto, sin obras cloacales, apenas con luz y agua porque eso hay que pagarlo.
Si a esto le sumamos el aumento del costo incesante de los elementos esenciales para la vida y el trabajo como lo son la alimentación, el transporte, la vestimenta, el calzado, y los remedios apenas se sobrevive. Por solo mencionar el tema de la alimentación, dejando de lado los ineficientes “precios máximos”, se ha permitido la concentración monopólica en la producción de alimentos, (ARCOR sola concentra más del 40 % de la producción y comercialización de alimentos). El costo del transporte representa para alguien que se dedica al servicio doméstico o tareas similares, en muchos casos varios días de trabajo, esto sin hablar de los medicamentos para quien no cuenta con una Obra Social.
Para estos compatriotas el “estado de bienestar” no existe, han subsistido sin él, lo ven como algo extraño que muchas veces les impide su actividad. Entonces no entender que voten a alguien que les promete bajar o quitar impuestos y trabas para desenvolverse en su actividad, es no entender la Argentina de nuestros días en cuya conformación esta dirigencia peronista tuvo mucho que ver.
No entendieron siquiera el hecho cultural, económico y militar, más importante del siglo que significo la Guerra de Malvinas, y el rompimiento de los lazos que nos ataban a Inglaterra, por considerarla una guerra de la dictadura. ¿Hubiera sido distinto si en vez de Galtieri quien nos hubiese llevado a la guerra había sido Ilia, Frondizi o Menem? ¿No estaba la Argentina movilizada en una causa nacional histórica? Lo grave es bajar los brazos y plegarse a las razones del usurpador y al sistema mediático internacional bajo los preceptos de democracia o dictadura que tanto los obnubila.
Hoy enfrascados en pujas de candidaturas parecen esperar que el Pueblo los vaya a buscar para que “lo salven”, sin presentar en cambio opciones trabajadas desde las necesidades reales de la población. El campo nacional ha tocado fondo con esta dirigencia. Se trata de barajar y dar de vuelta. Con los mismos no podrá haber un País distinto, por más que regresen ante el fracaso del gobierno de Milei.