Estabilización monetaria en Venezuela
Luego de años de luchar, enfrentado las sanciones lideradas por Estados Unidos, contra el aislamiento regional, la inestabilidad política, la hiperinflación y,
posteriormente, la pobreza extrema.
Por Alejandro Karlen*
El país lleva más de ocho años de recesión, sufrió hiperinflación y tuvo su moneda en caída libre. Pero contra los pronósticos y ante la mirada del mundo entero, tiende a estabilizarse desde octubre, por el impulso a una inversión de $ 2.2 mil millones por parte del estado en un intento por frenar la inflación. Hace pocos días, el gobierno de Nicolás Maduro decretó un aumento salarial de casi veinte veces. En un foro público con los sindicatos el 3 de marzo, el presidente venezolano anunció que el salario mínimo se fijaría en medio petro, unos 126 bolívares (BsD) que equivalen a US$29 al tipo de cambio actual. Las autoridades vienen adoptando, en forma gradual, un camino más liberal que incluía la eliminación de los controles de divisas , exenciones fiscales a las importaciones y una mayor participación del capital privado en los activos estatales. Venezuela registró un crecimiento del PIB por primera vez en siete años en 2021. Según fuentes gubernamentales, la economía del país creció un 4 por ciento el año pasado, con previsiones de crecimiento de hasta 8 por ciento para 2022. La Inflación de febrero Venezuela fue la más baja en ocho años.
Todos conocemos que Venezuela no es un país pobre y que, en 1998, fue uno de los principales miembros de la OPEP, produciendo 3,5 millones de barriles de petróleo por día. Pero el gobierno de Caracas en gran medida no aprovechó su anterior auge petrolero para lograr diversificar su economía dependiente, y fue cuando la combinación de precios más bajos del petróleo y las sanciones lideradas por Estados Unidos, puso al país en la crisis más severa de su historia del que fue un próspero país sudamericano.
En este contexto, EEUU está actuando con suma cautela y prudencia ante lo que representa una virulenta crisis energética en desarrollo; pero también significa el peligro de tener aliados rusos dentro de una región dominada en gran medida por los Estados Unidos, de esta forma , Washington está intentando revertir la situación, lo que daría la idea de que están dispuestos a reconsiderar su política de larga data en América del Sur . Los últimos datos reflejan que el Banco Central de Venezuela (BCV) lanzó, según la consultora Aristimuño Herrera & Asociados, unos 2.200 millones de dólares al mercado en los últimos cinco meses para aumentar la oferta y amarrar la cotización del bolívar respecto a la moneda de Estados Unidos, que tomó las calles en 2019 tras una proscripción de 15 años por un control de cambios que debió flexibilizarse por problemas de caja. La inflación cerró 2021 en 686%, de acuerdo con el BCV, la más alta del mundo, pero había llegado a 130.000% en 2018, 9.585% en 2019 y 3.000% en 2020.
El Banco reconoce 29 “intervenciones” desde octubre de 2021, cuando una nueva reconversión restó seis ceros al bolívar (1 millón, a efectos contables, se convirtió en 1 bolívar) y el gobierno prometió recuperar la confianza en la moneda local. Este mes entra en vigencia un impuesto de 3% a transacciones en divisas y criptomonedas. Para dejar en claro la situación, insistió el martes Delcy Rodríguez, vicepresidenta y ministra de Economía y Finanzas, “La moneda de curso legal es y seguirá siendo el bolívar”, al presentar cuentas ante el Parlamento.
Desde otro punto de vista, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un centro de estudios económicos independiente del Gobierno, en febrero el índice de precios al consumidor registró una suba de 1,7 por ciento en relación con el mes anterior. Según el OVF la inflación suma siete meses consecutivos de baja inter mensual, desde que en mayo de 2021 se ubicó en 19%. Además, logró seis meses de inflación de un dígito En lo que va del año suma una variación de 6,6%, aunque en los últimos doce meses aún registra un 246%.
De estos datos que se reflejan podemos decir que la forma que encontró el gobierno de Nicolás Maduro para empezar a resolver el problema es un proceso de dolarización de hecho y la puesta en funcionamiento de una Zona Económica Exclusiva que impuso el libre comercio por regiones. Esto le ha permitido bajar los exorbitantes precios y resolver el desabastecimiento de alimentos, pero generó una enorme distancia entre la población que cobra en bolívares, dado que el peso nacional practicante no se acepta en ningún lado.
En forma simultánea y como parte de lo que sostenemos, hay claras señales de descongelamiento de las relaciones de la Casa Blanca con Maduro. Ya durante los últimos días de esta semana estuvieron en Caracas cuatro ejecutivos de Chevron con el objetivo de comenzar a instrumentar el retorno de las ventas de petróleo venezolano a Estados Unidos. Por eso, el prestigioso Washington Post publica que “Chevron busca duplicar la producción de 800,000 barriles por día de Venezuela en unos meses”. “Eso podría reemplazar la pérdida de aproximadamente 700.000 barriles por día que Estados Unidos importaba de Rusia antes de que atacara a Ucrania. Y podría ayudar a bajar los precios de la gasolina, una de las principales preocupaciones de la administración Biden en un año electoral difícil”, añade.
De todas maneras, es factible que no esté en los planes levantar la totalidad de las represalias contra Venezuela porque eso podría ser contraproducente y se le vuelva en contra a los Demócratas de cara a las próximas elecciones legislativas. Pero todo esto no sería factible sin la figura clave en este proceso es Ali Moshiri, un magnate iraní-estadounidense que había encabezado la división de América Latina de Chevron y de excelente relación con Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En un contexto internacional donde EEUU está enfrentando una verdadera conflagración en Europa del Este después de la invasión rusa de Ucrania, la administración norteamericana ha redoblado los esfuerzos para apagar incendios en otros lugares , buscando acelerar un acuerdo nuclear con Irán y aliviar las tensas relaciones con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
La prohibición estadounidense sobre el crudo venezolano devastó la industria petrolera de la nación OPEP problemas, le prosiguió que Estados Unidos cerrara su embajada en Caracas. Se suspendieran los vuelos directos entre Estados Unidos y Venezuela y que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusara al presidente venezolano.
La reciente visita de este mes de una delegación de EE. UU. que incluía a Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, y al embajador de EE. UU. en Venezuela, James Story, permitió la liberación de dos ciudadanos estadounidenses, incluido un ex ejecutivo de Citgo, que alguna vez formó parte del estado de Venezuela. Compañía de Petróleo. La industria petrolera de Venezuela está en una situación difícil , con una infraestructura que requeriría miles de millones de dólares de inversión para mejorar, junto con meses para aumentar significativamente la producción, pero este acercamiento y eventual acuerdo un impacto sin precedentes en los mercados. Ya existen estimaciones generosas que sugieren que Caracas solo podría aumentar hasta alrededor del 15 por ciento de la producción actual de Arabia Saudita en el mediano plazo.
Un panorama promisorio para la Venezuela, que ya estaba luchando con las sanciones lideradas por Estados Unidos, contra el aislamiento regional , la inestabilidad política, la hiperinflación y, posteriormente, la pobreza extrema.
En esta nueva etapa, desde el Mercosur subrayamos que entre los aspectos más relevantes destacamos promover el Grupo de Integración Productiva (GIP) del MERCOSUR en 2008, en el marco del cual se han registrado avances a nivel vertical en las cadenas de petróleo y gas, automotriz, energía solar, energía eólica, juguetes, naval y aeronáutica; y horizontal en el desarrollo de algunos clusters.
Por eso nuestro desafío debe seguir siendo promover el crecimiento, manteniendo la inflación bajo control, de forma que nos permita conseguir nuevos flujos de Inversión Extranjera Directa , que consideramos como uno de los elementos fundamentales para que los países y regiones, como la nuestra en vías de desarrollo, salgan de su estado de postergación y logremos desde la perspectiva de integración un crecimiento económico sostenido, en términos del incremento de la renta nacional de pleno empleo y de nuestro “potencial productivo”.
*Alejandro Karlen es parlamentario del Mercosur.