Cuáles son los próximos pasos de Luiz Inácio Lula da Silva y cómo repercuten en la región
Por Eleonora Gosman
La reunión virtual de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández, el jueves al mediodía, desató en los medios de Brasil una ráfaga de versiones. Algunos decían que el gobernante argentino estará en la próxima semana en el Palacio del Planalto, algo que no fue posible confirmar. Otras noticias, en cambio, se refieren al 30 de mayo, como el día elegido por el mandatario brasileño para convocar a sus colegas de Unasur, a una cumbre en Brasilia. La idea sería realizar una suerte de “retiro” de los jefes de Estado que les facilite hablar a sus anchas de los desafíos que enfrenta la región.
Lo cierto es que, según el diario O Globo, la diplomacia de Itamaraty ya comenzó a entregar a algunos mandatarios sudamericanos una carta de invitación a esa cita, firmada por el propio Lula. Desde luego, esa iniciativa coincide con la estrategia de política externa del actual gobierno brasileño, que da una relevancia muy especial a América del Sur, por la fuerza que implica compartir visiones del mundo y, especialmente, por el gran mercado que representa para los propios sudamericanos. Esto marca una diferencia esencial con el ex mandatario Jair Bolsonaro, para quien la única alianza importante de su país era la que él había forjado con la Casa Blanca de Donald Trump.
Las intenciones del gobierno Lula apuestan alto. Hablan por ejemplo de establecer una cooperación regional en defensa, lo que independizaría al bloque de estructuras militares norteñas. En esa cúpula, a Lula le gustaría explicar cuáles son las razones que lo llevaron a realizar una propuesta para negociar la paz entre Rusia y Ucrania, que defendió en abril en sus encuentros con Xi Jinping; con el portugués Marcelo Rebelo de Souza y el español Pedro Sánchez. Será también el tema preferencial a abordar con el primer ministro británico Rishi Sunak, líder de los Tories, en un encuentro que ya está agendado. Este periplo a Londres está previsto para el 6 de mayo, día de la coronación de Charles III.
Un cálculo del tiempo que lleva al frente del Poder Ejecutivo y los días destinados a volar afuera de su país, indica que el líder petista estuvo casi un 20% del tiempo en el exterior: fueron 6 las capitales visitadas por el dirigente. Con Londres, el sábado de la próxima semana, serán 7 las grandes ciudades europeas frecuentadas por Luiz Inácio da Silva.
El presidente ya había anticipado durante su campaña, hacia fines del año pasado, que estaba muy interesado en el retorno de Brasil a la arena internacional, luego de 4 años de inactividad. Ya entonces demostró una aspiración especial por participar de las negociaciones que lleven la paz al conflicto del ruso-ucraniano. Al punto que luego de dejar Beijing y pasar por los Emiratos Árabes Unidos, pudo recibir en Brasilia al canciller ruso Serguéi Lavrov.
Cuando permanece en sus funciones presidenciales, en la capital brasileña, Lula demostró prisa por ejecutar decisiones claves para la vida interna, como el aumento del salario para el sector público (de 9%) y la homologación (legalización) de tierras indígenas. Lo que aún no pudo resolver, y no es precisamente un detalle, es la disputa de su gobierno con el presidente del Banco Central Roberto Campos Neto. El funcionario, que solo puede ser nombrado (o destituido) por el Senado, dada la independencia de la institución, fijó una tasa de interés real tan alta (la básica es de 13,75%) que ya impacta en la actividad productiva. Al punto que, en el primer trimestre del año, la desocupación registró un aumento de un punto respecto del mismo período de 2022, al llegar a 8,8 por ciento.
Los economistas creen que no será fácil la recuperación del mercado laboral, debido precisamente a la desaceleración de la actividad económica. Desde luego, Lula confía en una inversión de la curva para el segundo semestre; una esperanza basada en facilitar el crédito productivo por la vía de los bancos oficiales.
Fuente: Perfil.com