De la “Divina TV. Führer” al altar público de las redes sociales y el periodismo caníbal

Por Gabriel Sanchez

Como sanguijuelas sedientas de sangre, los periodistas se abalanzaron sobre el video de Williams Alexander Tapón, pateando al referí en la cabeza. Ahora sólo un par de horas después, el pibe se suicidó. Y siin ningún tipo de remordimiento, los periodistas ponen al pie de paginas de sus notas, una línea de prevención al suicidio, como una solapada lavada de manos.

Después de desangrarlo por horas, poniendo una y otra vez el video de Williams en bucle, gritando al micrófono, escupiendo bilis en sus portales contra un pibe de 24 años… Como si todo eso no fuera suficiente, están haciendo desfilar por sus medios a los familiares del pibe.

A Williams nadie le avisó que así son los medios, que no les importa la justicia, ni la igualdad, ni nada parecido. Y si te pones a escarbar un poco más, ni siquiera les importa sus negocios… Usar “sanguijuelas”, como definición puede sonar a cliché. Pero el periodismo, como las sanguijuelas, sobrevive de la sangre de los demás. A el pibe albañil de 24 años, no le dijeron que mañana los medios iban a tener a otra persona para sacrificar en sus estudios; mañana ya iban a encontrar a quién desangrar… Que más que estudio, hoy ofician de altares públicos.

Esos canales de noticias que funcionan las 24 horas del día, que están obligados a llenar como sea esa pantalla muerta. Como sea, deben mantener su show depravado . Un show que no responde a ningún ideal político, social, ni cultural. Esos portales de noticias que andan corriendo atrás de los clicks, esas radios que tratan de llenar horas de aire, por el hecho de que la tienen que llenar, todos esos medios, encontraron en ese pibe, la carne del día.

Y si a esto le sumamos las hordas moralistas de las redes. Pidiendo básicamente una ejecución pública. Encerrados en sí mismos, embotados con videos virales, escupiendo odios en las redes. Los medios tradicionales y los jueces de las redes sociales, encontraron una coexistencia interesante, que se parece mucho a la escena de la película “Apocalypto”, esa escena donde hacen sacrificios humanos…Los medios presentan el sacrificio, desde sus estudios/altar. Y los de abajo/redes, aplauden y vitorean.

Williams Alexander Tapón no está más. Los medios lo presentan como padre y pibe laburante. Y de paso exprimen los llantos de la familia… En las redes se compadecen y esperan al siguiente.

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