El recuerdo del juez compañero: Luis María Cabral. Por Víctor Ramos
El último calabozo de la Comisaría 4ta en la calle Tacuarí tenía tanta humedad que las gotas chorreaban por las paredes. Pasé la noche parado, asustado… eran tiempos de la dictadura del General Roberto Levingston. Antes de ocupar la presidencia de la Nación había sido jefe del Servicio de Inteligencia Militar y luego agregado del Ejército en Washington. Yo tenía 17 años y me habían detenido policías de civil mientras pegaba afiches del Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN) convocando a la huelga general.
Cuando todo parecía perdido, llegó Cabral, nuestro compañero abogado con mi libertad!
Cuando las balas del terrorismo venían de todos lados y las detenciones eran diarias, allí estaba Cabral. Poniendo el pecho a los represores.
Cuando se desató el golpe de la dictadura de 1976 y los compañeros desaparecían, Cabral solito entraba a los tribunales a presentar los habeas corpus que los juzgados rechazaban.
Cuando mi amiga y compañera de militancia del colegio secundario Gabriela Gorga fue secuestrada y desaparecida, su madre Marta, que fue una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, contó siempre con la firma de Luis María Cabral, apoderado entonces del proscripto Frente de Izquierda Popular (FIP) acompañándola en todos sus reclamos.
Luego del ataque del grupo Montoneros al Cuartel del Regimiento de Infantería 29 en la provincia de Formosa en octubre de 1975, la fuerte represión desencadenó una ola de detenciones entre las que se encontraban nuestros compañeros Luis Verdi y Mirta Atencia embarazada de su hijo Mauro. Allí llegó Cabral para lograr exitosamente su liberación. Pero mientras compraban pasajes para salir de la provincia, una contra-orden militar detuvo nuevamente a Mirta que sufrió cárcel y exilio por muchos años.
Así fueron todos los días de Luis María Cabral, rescatando compañeros, denunciando al régimen oligárquico, intentando “blanquear” a los detenidos para que no pasen a engrosar la lista de desaparecidos o acompañando a los familiares.
Justo hace unos días me llamó por teléfono un señor Juan Gauna, me dijo que vivía en Bardero y me pidió que le trasmita a Luis María Cabral sus saludos y recuerdos: “Cabral me sacó de la cárcel en Misiones cuando los milicos…”.
Todos los compañeros de la Izquierda Nacional pueden contar innumerables historias del arrojo y valentía de nuestro Luis María. Puso su inteligencia, su vocación social y compromiso por las causas de los más humildes.
Con el título sin desenrollar aún, Cabral tuvo que enfrentar a la Cámara Federal o “del Terror”, como se la llamaba a la sala integrada por los jueces Lamas Smart, Cesar Black y Munilla las Casas. Allí se acusaba a los compañeros tucumanos Pablo Fondevila y Arturo Arroyo de un atentado con explosivos que no habían cometido. Al mismo tiempo que seguía la causa del catamarqueño Simón Gómez o del cordobés Horacio Paccazochi, dirigentes del FIP detenidos por el gobierno del general Onganía. Pero la dictadura tiraba y acusaba no solo por portación de armas, sino también por “portación de ideas”. Pocos meses antes había sido decretada la Pena de Muerte en el país.
Para Cabral nunca había causas perdidas, porque una causa perdida en esos días, era un compañero muerto.
Me manda mi hermana Laura este mensaje que agrego:
´´Recuero que Luis María iba a visitar a Simón Gómez y a la “Mami”, su compañera, que estaba en la cárcel de mujeres, y que les llevaba comida, cigarrillos, comprados por supuesto a sus propias expensas, que eran tan escasas como las suelas de sus zapatos, gastadísimos. Lo recibían como a un héroe (!y lo era!) La vez que en yo también fui a visitarlos a la cárcel de La Rioja, Cabral les llevó yerba, azúcar, alguna prenda de ropa, cosas que ellos le habían pedido, y no se trataba de una visita legalmente necesaria: los visitaba porque sabía la felicidad que les proporcionaba. Lo hacía de un modo desinteresado, espontáneo y entusiasta, con la misma alegría con que iba a bailar chacarera una noche cualquiera´´.
También él fue detenido en la provincia de Catamarca junto a mi padre, Jorge Abelardo Ramos y un grupo de compañeros. Fueron trasladados a la Comisaría de Andalgalá en julio de 1971, el documento fotográfico de los hechos se visualiza en el Centro Documental Jorge Abelardo Ramos. Habían ocupado la empresa minera Farallón Negro para repudiar su enajenación ante la empresa norteamericana Cities Service.
Con una memoria sobresaliente, Luis recordaba no solo los nombres, sino hasta los números de documentos de los detenidos, datos que solo él guardaba ya que los militares de la represión se valían de las listas y las agendas de los amigos, parientes o abogados.
Ya en tiempos democráticos Luis María Cabral, fue el apoderado del Frente de Izquierda Popular (FIP) partido que se ganó el voto de Cristina Fernández de Kirchner y de Arturo Jauretche, entre otros, cuando llevó la boleta Perón- Perón. Fue él quien redactó el decreto reglamentario de la Ley 24.012 de Cupo Femenino, rompiendo con la hegemonía masculina en la lista de candidatos a cargos electivos. Y contribuyó decididamente en encontrar el marco jurídico en la puesta en marcha del Instituto Nacional contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo, INADI.
Pero cuando de poner la cara y el cuerpo se trataba, allí estaba Luis María Cabral o “soldado heroico” para los compañeros. Desde la Asociación Gremial de Abogados, con Ortega Peña y Eduardo Duhalde en 1971 o como director del periódico “Patria Grande” en 1980 denunciado a la oligarquía y al gobierno militar, no había muchos…
El periodista de Tiempo Argentino, Demetrio Iramain, en una entrevista que le realizó a Cabral, lo diferenció de los opositores al gobierno. Y agregaba que el diario La Nación advertía a sus lectores que “Cabral no es muy duro con el gobierno”. Iramain aseguró que quienes conocen a Cabral lo consideraban “un kirchnerista intermitente” y escribió:
Apenas se enciende el grabador el juez da cuenta de esas intermitencias, que contrastan con las incontinencias de Recondo. Suficientes para que La Nación se inquiete.
Pero un compañero kirchnerista me advirtió: “Ojo! no publiques nada a favor de Cabral que está siendo usado por los enemigos del gobierno. Y vos podes quedar pegado con “la contra” ya que Cabral iba a votar contra el Memorandum de Irán.”
Yo le respondí que ignoraba lo que votaría Cabral en ese tema. Pero si sé lo que votará en otros asuntos.
Luis María Cabral votará siempre en contra de la discriminación política, religiosa o social. Votará a favor del actual Secretario de Justicia, Julián Álvarez, si se lo acusara falsamente de corrupción. Defenderá a la presidenta y a nuestros funcionarios si los pretenden enlodar por ideas, cuestiones políticas o ideológicas.
Condenará a Sergio Massa por traidor a la patria, si llegara a sus manos las pruebas de que traspasaba secretos del Estado Argentino a la Embajada de los Estados Unidos y condenará sin dudar a Mauricio Macri, si comprueba que corrompía jueces, para realizar intervenciones telefónicas ilegales.
Señalo estos ejemplos ya que algunos “picaros” pretenden ubicar a Cabral contra el gobierno democrático, nacional y popular. Y la situación no pasa por allí.
El problema de ser independiente y tener un espíritu crítico pareciera una cuestión imposible, para los obsecuentes. Pero no lo es para Luis María Cabral. Esa es la encrucijada que hoy tiene mi amigo y como tal no podía dejar de expresar mi testimonio sobre quién es él.
Fuente: Clarín