Tiempo de “ángeles exterminadores”. Por Horacio Paccazochi
Al preciso mote del “turco” Asís impuesto al ex Presidente Macri en su accionar político, le falto completar que este tiene su pareja en ese metier: Cristina Kirchner.
En un principio el “exterminio” estaría dirigido a potenciales rivales en la lucha por la presidencia, pero en realidad y visto los resultados estos son usados para mantenerse en el poder cuando sus posibilidades presidenciales han sido rechazadas por la ciudadanía. Convengamos también que algunas de sus víctimas ofrecieron complacientes sus cabezas en su ambición, licita, por cierto, de llegar a la presidencia tal es el caso de Horacio Larreta y Sergio Massa.
Pero volviendo a los “ángeles”, ambos fracasaron en conducir un proceso que llevara a la unidad nacional del conjunto del Pueblo argentino.
Ambos mas allá de aciertos y desaciertos en su administración se encargaron de profundizar la “grieta” que de antaño recorre la geología de la política argentina: peronismo y antiperonismo, que traducido a nuestros tiempos se transformaron en Kirchnerismo y Macrismo.
Ambos reclaman para si la representación de las dos corrientes pólitica-ideológicas que moldearon culturalmente a generaciones de argentinos.
En el caso del Kirchnerismo asume parcialmente el legado de Perón en cuanto a enunciar una política nacional pero teñida de un progresismo antimilitarista que descree de la fundamental participación del Movimiento Obrero Organizado en el proceso, reemplazándolo por un activismo de clase media de izquierda. Ignorando que los dos anteriores fueron la razón de ser del peronismo y la posibilidad real de imponer políticas nacionales en el País.
En el caso de Macri y los partidos y alianzas por el creados, se respaldan en el liberalismo, según dicen, fundacional de la república. Posición esta que no resiste el menor análisis por más que se haga en nombre de Alberdi, o Roca como lo expresa el ahora presidente Milei. Salvo que se evoque a Alberdi en sus épocas de un juvenil y antinacional librecambismo, luego en su madurez junto con Roca ambos fueron defensores de una política nacional que uso el Estado para construir la Republica. Todo lo contrario al Mitrismo probritánico y antinacional que es lo que practican pero no reivindican, al menos en público, Macri y Milei.
La época de oro del país y la Argentina potencia mundial a la que nos dicen que nos quieren llevar de vuelta no se generó con el mitrismo que fue su enterrador, sino con una generación de liberales progresistas, socialistas y patriotas imbuidos de ideales federales y de unidad nacional a los que se los conoce como la “Generación del 80” y los “Jóvenes del 900”. Estos con Roca a la cabeza usaran el Estado Nacional, como decíamos, para triplicar los kilómetros de vías férreas, y líneas telegráficas, promulgaran la Ley 1420 de Educación común, obligatoria, gratuita y laica, la Ley 1130 de moneda por la que se establecía una moneda única en el País, una política aduanera proteccionista, que favoreció la evolución industrial de la argentina. Estas y muchas medidas más de política nacional desde el estado fue lo que posibilito la “época dorada” a la cual se refieren nuestros liberales de estos días.
A partir de la presidencia de Quintana y la vuelta al poder de la oligarquía el liberalismo se transforma hasta nuestros días en una máscara del capital financiero al cual responden Macri y Milei.
Como vemos entonces ambos representantes de la “grieta” están “flojos de papeles”, la historia los recluye en su versión más antinacional, motivo por el cual están impedidos de conducir un proceso de unidad nacional que convoque al Pueblo argentino a una nueva epopeya como aquella del “80”, la generación mas nacional de nuestra historia.
Siguen siendo el poder “detrás del trono”, pero manteniendo al Pueblo divido por falsas opciones.
Sera tiempo entonces de barajar y dar de nuevo, recordando a los patriotas que pugnaron por la unidad nacional en su real contexto histórico, con la mirada puesta en los desafíos de la Argentina de nuestros días.