Confirmado: Javier Milei y Toto Caputo fueron partícipes necesarios de la estafa piramidal del siglo
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Un nuevo token promocionado en redes sociales por el Presidente y el ministro provocó pérdidas entre sus seguidores por más de 80 millones de dólares. El escándalo mundial de $LIBRA
En pocas horas, el token $LIBRA promocionado en redes sociales por el presidente de la Argentina, Javier Milei, y su ministro de Economía, Toto Caputo, produjo pérdidas millonarias entre sus seguidores por 80 millones de dólares. Impulsada por la firma Kip Netkork INC, $LIBRA tuvo un auge vertiginoso y luego se derrumbó su valor en Solscan, la cadena de bloques de Solana, competidora de Ethereum. En ella puede verse como unas diez cuentas aproximadamente contaban con el 80 % de los tokens que, luego del tuit fijado del presidente, aumentaron exponencialmente su valor de mercado y antes del derrumbe, salieron a vender sus posiciones dejando a sus seguidores con pérdidas millonarias.
“Hicieron un rug pull, cuando hubo suficientes inversores que pusieron plata, los fundadores ‘tiraron de la alfombra’ y dejaron a todos en el piso y la moneda tuvo una rápida y abrupta caída en su cotización por más del 85% a valores más cercanos a $0 y unas pocas cuentas se llevaron la ganancia calculada entre 70 y 100 millones de dólares”, tuiteó el periodista Maximiliano Firtman en su cuenta de X.
En la red Solscan es posible trazar los movimientos y saldos de todas las cuentas, aunque las identidades de las mismas sean anónimas. Exactamente al revés de una transacción bancaria donde el usuario es conocido por la autoridad bancaria pero sus operaciones no son públicas. Es decir que existen pruebas contundentes de la estafa, pero no de los beneficiarios asociados a las diez cuentas originarias entre los que podrían estar el Presidente y el ministro Toto Caputo. A menos que sean tan ingenuos de promocionar criptomonedas, estafar a sus seguidores y no recibir nada a cambio, ambos funcionarios deberían ser peritados para comprobar que no estuvieron detrás de la estafa piramidal del siglo. En ese caso, les correspondería la figura de “partícipes necesarios” sin los cuales el delito no podría haberse cometido.