Milei: el discurso y el odio
Por Gabriel Sanchez
Cuando el legislador de Milei, Ramiro Marra, salió con el proyecto de ley antipiquete. La primera imagen que llegó a mi cabeza fue la de la liga patriótica, me imaginé una turba de jóvenes libertarios enardecidos con palos llegando a plaza de mayo, listos para empezar a apalear piqueteros.
Pero antes de empezar a escupir mierda sobre Marra, decidí entrar a la web de MAPA “Movimiento Antipiquetro Argentino”. Mi primera reacción fue de risa, me encontré con una web que parecía hecha con el fotolog de 2010, cuando descargué el proyecto de ley, me encontré con 4 ridículos artículos:
Artículo 1°. – Quedan prohibidas las interrupciones al derecho a la libre circulación y el funcionamiento normal de los servicios públicos por parte de dos o más individuos que se manifiesten vulnerando las disposiciones vigentes, durante los días hábiles.
Artículo 2°. – La Autoridad de Aplicación deberá designar un espacio particular en el cual las personas puedan manifestarse sin perjudicar a terceros, debiendo hacer la solicitud correspondiente con antelación.
Artículo 3°. – La Autoridad de Aplicación será responsable de estipular las sanciones correspondientes ante el incumplimiento de la presente Ley.
Artículo 4°. – Comuníquese, etc
Más allá de la obvia campaña mediática que recibe Milei y el cariño de los medios hegemónicos. Es muy triste ver que con una web pobremente diseñada y 4 artículos, están ganando las calles. Aquellas personas que salieron del subsuelo de youtube, ahora son referentes de cierta parte de la juventud. Y la primera reacción es mirarlos como simplemente jóvenes fachos ¿Pero acaso no decían lo mismo de los jóvenes militantes kirchneristas ? “Juventudes Hitlerianas”, decían algunos afamados periodistas.
La enorme diferencia de aquellos años, con estos, es que antes las juventudes se movilizaban por esperanzas. Y hay que entender que en estos tiempos los jóvenes se mueven por decepción, por enojo y sobretodo por desesperanza.
Y eso es lo que expresa Milei en estos tiempos: el enojo, la frustración. Y lo canaliza en un discurso cargado de odio, que no se confunda, Milei es sólo la representación física de un modelo económico mundial que viene saqueando nuestros suelos desde que existe Argentina como país. Milei es el candidato de los intereses extranjeros, eso lo sabemos. Milei ya está bendecido por esos mismos intereses, así como lo está Larreta y también Macri.
Pero acusar al dinero y a los medios de comunicación hegemónicos no sería la explicación completa al apoyo juvenil que tiene Milei. Milei escarba en el descontento social de los jóvenes y lo vuelca en discursos cargados de insultos, el odio de Milei es descargado en insultos y los jóvenes en esas palabras encuentran identificación, pero acá está la diferencia,el discurso de Milei cargado de odio es recibido por lo jóvenes, no como odio, sino como representación de esa frustración que a ellos les cuesta poner en palabras. Y es por eso que no creo que sean jóvenes fachos, porque pensar en la maldad de unos pibes de aproximadamente veinte años o más, es caer en los mismo epítetos que ya usaron esos afamados periodistas.
Acá el problema central no es Milei, el verdadero problema del campo popular es entender a esa juventud desesperanzada. Porque si pensamos que el pibe de 20 años quiere que el bolichito de su familia cierre, es que no entendimos nada, parafraseando al Indio Solari, no creo en la maldad en esos corazones.
Y creo que por acá pasa el desafío: Escuchar qué tienen que decir esos pibes y también entender la frustración política que tienen. El gran desafío del campo popular es entender a esa juventud.
Milei les enseño un enemigo donde descargar esa frustración y para eso se refugió en el lenguaje. Cuando dice “zurdos de mierda”, Milei les da un enemigo, un culpable de esa frustración ¿Pero cómo puede ser que en la misma clasificación de “zurdos de mierda”, entre desde Larreta a Del Caño?
Es porque nos centramos en la palabra “zurdos” y la palabra que realmente importa es “mierda”. Ya lo explicó Fontanarrosa cuando habló del poder de las malas palabras. Cuando Milei le dice “hijo de puta” a Alberto, le está dando una entidad, le está dando características, que rápidamente asociamos a personas despreciables.
Cuando algo es nombrado, eso adquiere mayor dimensión de la que ya tiene en la existencia material. Por eso la batalla por el lenguaje es importante. Y por eso las malas palabras son necesarias. Milei al nombrarlos como “hijos de putas”, le da una característica, una imagen.
La derecha entendió rápidamente que la lucha por el lenguaje juega un rol fundamental en estos tiempos (como también lo entendimos nosotros) El Lenguaje inclusivo dio mayor protagonismo a ciertos grupos que ya estaban ahí, por ejemplo: Cuando decimos “todos y todas”, no es que antes las compañeras no se sentían incluidas, pero al decir “todas”…. “Todas” agarra mayor dimensión en lo real.
El lenguaje inclusivo está cambiando nuestra percepción de la realidad y también de las personas que nos rodean. Y cuando dejamos de usar ciertas palabras, eso que representaba también deja de existir. Y este es el punto del lenguaje inclusivo, que todavía no pudo sustituir el poder de esas malas palabras. Porque no es lo mismo un “pelotudo” que un “hijo de puta”. Y cuando decimos “hijo de puta”, no estamos hablando de la madre de nadie, ni de una puta, ni de un hijo. “Hijo de puta” es una palabra compuesta, no se la puede carnear y ver qué encontramos, esa palabra existe o deja de existir. Pero acá está el punto, también deja de existir físicamente el “hijo de puta”. Por eso el progresismo llama a Milei: “loco”, “demente”, “facho”, “chiste” y navega en entre malas palabras sin poder entenderlo. Cuando en realidad Milei es simplemente un “hijo de puta”.
Porque el “pelotudo” es aquel que una charla de café, le pega un manotazo al vaso de agua y te moja el pantalón, el “hijo de puta”, es aquél que después hacerse el amigo en esa charla de café, te roba la billetera.
El pibe libertario que está militando a Milei en la facultad, es un “pelotudo” y Milei es un “hijo de puta”.