Maradona: el Villero más famoso del mundo.

Por Julio Zarza

Yo lo vi jugar muy poco. Viví un poco más el show que había alrededor. Recuerdo el aire comprimido a los periodistas, el doping en USA 94. Italia 90 muy poco, estaba más en la onda de atajar como Goycochea, cuando atajaba un penal decía el Goycooooo. También me gustaba mucho la canción Noche Mágica, una de las mejores canciones del Mundial. Las figuritas también rondaban, pero no nos pasaba eso de no encontrar stock, la teníamos que ganar sí o sí. México 86 no recuerdo nada, eso que tenía 7 años. Maradona tiene canciones muy lindas en su nombre. Primero La Mano de Dios del Potro Cordobés  y segundo, aunque la había escuchado 4 años antes, “Maradó” de los Piojos. Después se pueden pelear el tercer lugar en el podio las canciones que abundan en su nombre. 

La etapa que viví de Maradona fueron sus idas y vueltas, ida y vuelta al fútbol, ida y vuelta a la televisión, ida y vuelta a sus dietas, idas y vueltas con Claudia e idas y vueltas con la falopa. “Maradona un capo en la cancha después una mierda de persona” así definen muchos hasta ahora al Diego. Una de las cosas que más me molestaba era que dejara a sus hijos tirados. Lo de USA 94 no me había extrañado mucho; “De la que toma Maradona” se decía en el barrio, cómo me iba a extrañar. 

Se hizo amigo de Fidel cuando se fue a rescatar a Cuba, allá por el 2000, mientras nosotros acá en Argentina estábamos viviendo una crisis, él fumando habano y tomando la de Cuba con Fidel. Estuvo muy enfermo y se internó varias veces, siempre relacionado a las adicciones, siempre conflictivo. Su debilidad: Claudia, Gianinna y Dalma a quienes se aferraba cada vez que se hundía. Su suero, la pelota.

Para los que amamos el fútbol ver el gol a los ingleses nos hace flotar de emoción y olvidar al Diego pecador para abrazar a Pelusa a quien el mismo Dios le dio permiso de usar su nombre. Siempre tuve la interrogante de qué hubiera sido del Diego sin la copa Mundial. En qué lugar quedarían sus jugadas, sus tobillos rotos pidiendo cancha. ¿Habría Iglesia Maradoniana, alfajores, murales?¿Cuántos tatuajes dejarían de existir sin esa copa mundial?  ¿Lloraría yo de emoción al verlo en algún video? ¿Hubiese aguantado él toda la condena de su adicción sin esa copa, sin ese gol con la mano? ¿Qué sería del Diego sin la gambeta? Cómo aguanta uno la porqueria del Mundo? ¿Qué hace uno cuando le conoce la cara a los que manejan la jugada? ¿Qué hace uno cuando ve todo el oro que acumulan unos pocos?

Dijo el Diego Armando Maradona: Yo no soy ejemplo de nada. ¿Sabes qué jugador hubiera sido yo si no me hubiese drogado?  Nos queda claro que a los que juegan bien se le perdona casi todo. Hay un Maradona parte de un show, de una idolatría, hay un Diego que hizo lo que pudo en un mundo que lo aplaudía. Hay un pelusa viajando por el viento. Hay un villero con una pelota llena de barro jugando en el living de los puros. No importa, que haga lo quiera, ya pagó sus culpas. Déjenlo que sonría un rato más.

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