Argentina puede desaparecer
Por Pablo Sartirana
En 1776 Estados Unidos no sólo logra independizarse del Imperio Británico sino que consigue forjar una alianza política entre los estados resumida en el grito de Washington: “Unidad o muerte”. En la segunda mitad del siglo XIX, se produce otro acontecimiento fundacional: la guerra civil entre norte y sur cuyo papel histórico –al menos, en el siguiente punto- la equipara con la Revolución Francesa y con la Revolución Industrial inglesa: el desplazamiento de las clases pre capitalistas de la hegemonía político económica.
Eventos similares –con resultados opuestos- se sucedieron en América Latina. Cuarenta años median entre la independencia de Estados Unidos y la de Argentina. A los esfuerzos inconmensurables de Bolívar, San Martín y Artigas por mantener unido el territorio nacional dentro de las fronteras del viejo Virreinato (Congreso de Panamá de 1826) se opone la consolidación de los Estados Desunidos del Sur por parte de las burguesías portuarias. Es por eso que el resultado de la guerra civil argentina significó para nosotros el triunfo de las clases “pre capitalistas” y el auge del modelo agro exportador oligárquico.
En la primera mitad de siglo XX, Europa, que acudió con premura al reparto de sus colonias en Asia y África, se desangra en una guerra imperialista de consecuencias devastadoras. La salida fue y es la Comunidad Europea, la moneda única y ciudadanía común.
La oportunidad que tiene hoy Argentina de desarrollar una moneda común con Brasil se revela como la única salida posible a la crisis inflacionaria, financiera y devaluatoria a través de golpes de mercado que sufre de forma crónica su economía. Un valor de cambio reflejado en bienes y servicios para 260 millones de habitantes (con posibilidades a futuro de extenderse a más de 600 millones) garantizaría estabilidad económica frente a los grandes especuladores por medio de un Banco Central Sudamericano fuerte. Sin embargo, de poco sirve si al mismo tiempo no se consolida la unidad política de los estados latinoamericanos.
Unidad política y moneda única. Esos son los lineamientos estratégicos que Argentina debería considerar con vistas a los próximos cuarenta años; ya no para ser desarrollada, si no para no sucumbir al abismo.
*Imagen de portada: Santiago Ibarra