Mauro Viera, por la unidad latinoamericana

El flamante canciller de Brasil aseguró que la ideología no es un impedimento para la unidad estratégica de América Latina y que sostendrá relaciones diplomáticas con Venezuela, Cuba y Nicaragua. Sobre el supuesto tratado bilateral entre China y Uruguay por fuera del Mercosur, Viera dijo que resultaría inconveniente económicamente para Uruguay: “Hay que negociar en conjunto”, sentenció.

-Cuando habla con Lula, ¿qué análisis hacen de la situación del vecindario? Hubo un intento de golpe en Perú, acaban de arrestar sin respetar sus fueros a un gobernador en Bolivia; en Argentina la Casa Rosada se alzó contra un fallo de la Corte, y aquí hay bandas ultranacionalistas que piden nada menos que un golpe contra las nuevas autoridades. ¿Qué se rompió en la región?

– Son tiempos de inestabilidad, inestabilidades de diferente naturalezas y por lo tanto con orígenes diversos. Pero es preciso hallar una solución. Lula es un entusiasta de la integración, de la cooperación con el vecindario, ese es su primer círculo de interés, en Sudamérica y el Caribe y para ello importan los organismos. Hoy (viernes) me dijo que Brasil volverá a la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). El 24 de enero estaremos para ello en Buenos Aires. También quiere una actualización de la UNASUR por que se viabilizar por esos canales el diálogo político que es central para hallar soluciones a los procesos que usted señala.

-¿Ustedes han señalado que van a tener relaciones con todos los países, pero hay muchos procesos autoritarios en la región?

-Hemos dicho ciertamente que no nos importa la ideología en este nivel. Vamos a sostener relaciones diplomáticas con Venezuela, normalizarlas con Cuba y con Nicaragua. Nos importa el diálogo.

– Está bien el diálogo, pero ¿cómo se reprochan las violaciones a los derechos humanos, la censura y otros delitos que comenten países por ejemplo como Nicaragua o Venezuela?

-Se lo hace censurando esas prácticas en los foros regionales, también en los multilaterales como las Naciones Unidas, en la comisión de Derechos Humanos de Ginebra, donde cada país tiene que prestar cuenta de todo lo que sucede. Y debe presentarse. Pero le aclaro, no creo que la solución contraria sea la de aislar a un país o las sanciones. Eso es peor, se debe seguir negociando y dialogando porque lo más grave le sucede a la gente que está al final de la línea y son las primeras víctimas. Creo que el diálogo es fundamental y en ese sentido UNASUR, por ejemplo, tiene un rol muy importante, tuvo una presencia destacada en el pasado con soluciones que se encontraron en su seno entre todos sobre problemas en Bolivia o en Colombia .

– Lula le dijo a The Economist que en su oportunidad le manifestó a Hugo Chávez o al colombiano Alvaro Uribe que más de dos mandatos es dictadura porque la democracia es alternancia. ¿Para Lula son dictadores Daniel Ortega y Nicolás Maduro?

– Sí. Lula declaró muchas veces y es público, no soy indiscreto, que cuando estaba por terminar su segundo mandato había un apoyo fuerte para una reforma que le diera otro mandato. Se opuso sosteniendo que la democracias presupone alternancia y lo contrario es dictadura. El lo tiene muy claro.

– ¿Entonces Brasil se propone presentarse en todos esos foros para sostener ese argumento?

– Lo haremos, pero también sin dejar de aproximarnos a los países con los que se tiene afinidades y con los que no las hay y en cambio se mantienen discrepancias, se buscarán soluciones que generen cambios positivos, porque de eso se trata la diplomacia. Es el arte de la negociación, de la conversación. Si no se conversa, si se le da la espalda al otro, no hay diplomacia y por lo tanto tampoco hay soluciones.

– Es muy fuerte la noción de que Estados Unidos considera a Brasil, con el gobierno de Lula, como un liderazgo que podría corregir el caos y las incongruencias republicanas en la región. ¿Es así?

– Pero es que Lula ya dio pruebas de que es el hombre del diálogo con todos, nunca dejó de dialogar. Eso todos lo saben. Él está dispuesto a hablar con todos, incluyendo con Estados Unidos. A propósito, debemos tener relaciones de calidad con Washington, pero independientes, soberanas y orientadas por el interés nacional como los norteamericanos orientan las suyas según su interés nacional. De modo que en términos de política externa, sobre todo en la región, Brasil sí está dispuesto a crear consensos. Lula es un especialista en eso.

– A lo que me refiero es que en Estados Unidos parece existir una fuerte expectativa sobre el nuevo gobierno brasileño y en términos prácticos, por ejemplo, un alivio de la crisis política produciría un alivio de los flujos de inmigrantes.

– Ah, pero de parte nuestra también hay una gran expectativa con ellos, con Estados Unidos. Es una buena señal de que haya una nueva embajadora de Estados Unidos aquí. Vamos a comenzar a trabajar en bases distintas a las que planteó el gobierno saliente, con posiciones claras. Eso es un gran avance.

– Usted estaba en Croacia, donde era embajador, cuando en febrero pasado estalló la guerra contra Ucrania. Hoy el mundo está escandalizado por la masacre de civiles que comete a diario Rusia. ¿Qué actitud tendrá su gobierno al respecto? 

– Lo condenamos. Brasil, y Lula ya lo dijo muchas veces, está en contra de la agresión de un país sobre otro para la conquista de territorio por la fuerza. Lo prohíbe nuestra Constitución, justamente. Lo condenamos sin ninguna duda. Claramente. Pero al mismo tiempo creemos que ha llegado el momento, luego de casi un año de guerra, para detenerse y discutir sin condiciones una salida, porque si no la situación se volverá aún más terrible, sobre todo para los civiles inocentes. El problema de los refugiados que han huido de Ucrania hacia Europa es de niveles tremendos, muy visible.

– El tema, canciller, es que es muy difícil un diálogo sin condiciones. Ningún país aceptaría negociar si las fuerzas invasoras no salen de su territorio. Es una condición inevitable.

– Sin duda, pero yo creo que es imperativo generar un canal de diálogo de algún modo. Tiene que producirse un contacto o muchos, aunque sea por temas específicos que se avance primero a un cese del fuego, luego a la asistencia sanitaria. Eso demora. Llevamos un año de guerra. Es también importante para el mundo lograr ese avance porque, tras el impacto del Covid, este conflicto ha creado un desastre económico. Ha llegado el momento para frenar este horror.

– Brasil es muy dependiente del fertilizante ruso. ¿Esa situación puede condicionar sus posiciones sobre la guerra?

– En principio tenemos relaciones equilibradas con los dos países. Por supuesto que es importante lo de los fertilizantes, pero le recuerdo que también lo son las exportaciones brasileñas a ese país. El comercio con Rusia es muy elevado, cerca de 10 mil millones de dólares este año. Es mucho. Nosotros podemos incluso intervenir de algún modo, ser portadores de mensajes entre un bando y el otro, colaborar. Son negociaciones complejas, pero hay que comenzar.

– Uruguay, socio de Brasil en el Mercosur, pide un acuerdo bilateral de libre comercio con China. ¿Dinamizaría eso al Mercosur?

– Sí, pero hay que negociar de conjunto. Incluso para Uruguay sería central hacerlo de ese modo porque aumentaría los volúmenes de atracción si se avanza en conjunto, es decir, con todos los integrantes. Abrirse a otros mercados a otros continentes, a mercados como China es imprescindible por el tamaño del mercado y sus posibilidades. Ellos compran todo lo que producimos. China es un socio importantísimo para nosotros también. Es el primer socio comercial desde hace poco más de diez años, desde 2010, es mayor incluso en el intercambio que Estados Unidos o la Unión Europea.

– Ya que cita a China, Estados Unidos no está conforme con la creciente influencia en la región de la República Popular. Hay además un fuerte proteccionismo en el mundo. ¿Cómo se colocará Brasil entre esas dos potencias capitalistas y, de modo particular, en la disputa por la tecnología?

– Son por supuesto los mayores socios comerciales. Es preciso tener una equidistancia entre ambos, marchar entre ellos. Lo que nos debe guiar es el interés nacional. Por ejemplo comunicaciones, el 5G (telefonía móvil). Hay que analizar los sistemas, la calidad, el sistema incluso que sea más barato. En tecnología la ideología no tiene nada que ver. La investigación científica no tiene ideología, pero como todo tiene un impacto económico mayúsculo es preciso elegir lo que sea mejor. También en esto sería importante hacerlo en grupo en el Mercosur. Recuerdo que cuando estaba en Buenos Aires se produjo la negociación del patrón de la televisión digital. Había varios sistemas, fue una gran discusión y finalmente se eligió uno y todo salió muy bien.

Las opiniones sobre la Argentina

– Usted conoce mucho Argentina, ¿qué le recomienda a Lula para la relación?

– Bueno, él también conoce. Yo llegué a Buenos Aires en 2004 y me fui en 2010. Fueron seis años intensos, increíbles. Fue un período para mí riquísimo de experiencia profesional, de mucho acercamiento, al contrario de lo que tuvimos los últimos cuatro años por culpa de sabemos quién.

– ¿Y cuál es el plan?

– Nosotros tenemos con Argentina una relación de enorme profundidad. Somos complementarios en bienes industriales, podemos aumentar todavía más esa asociación. Somos, además, productores agrícolas enormes. Por eso, en aquellos años había un gran interés de los empresarios brasileños para invertir en empresas argentinas. Lula, en sus ocho años de gobierno, perdí la cuenta de cuántas veces estuvo en Argentina. Pero en mis seis años vino doce veces por motivos distintos.

– ¿Qué reflexiones hacen usted y Lula sobre la crisis Argentina que tiene niveles extraordinarios?

– Destaquemos primero que Argentina sigue siendo un socio muy importante de Brasil. En lo personal, creo que tienen condiciones para superar esta crisis porque Argentina es un país con una gran riqueza en el agro, en la industria, en el pueblo, que es un pueblo con educación. Tiene todas las condiciones para crecer y constituirse en un socio cada vez más importante en Sudamérica y en el Mercosur.

– Quienes seguimos la evolución del Mercosur lo vemos en general paralizado…

– Pero el Mercosur es clave. Tenemos que trabajar con Argentina para fortalecer a este organismo, y hacerlo con el resto de los miembros, Uruguay y Paraguay. Incluso está próximo el ingreso de Bolivia . Si hacemos la cosas en conjunto tenemos un futuro importantísimo en el Mercosur.

– El tema es hoy. El Mercosur se debilitó con Bolsonaro y antes también por las posiciones de Venezuela…

– Sí, pero corresponde un examen en profundidad del Mercosur, porque es importante para determinar qué es lo que podemos hacer juntos los socios. En ese sentido, hay que seguir trabajando y hallar alternativas para construir nuevos acuerdos que incluso se puedan adaptar a las circunstancias y profundizar nuestra integración. Hay muchos mecanismos. Uno de ellos, recordemos, fue firmado en el primer mandato del presidente Lula y constituía un acuerdo para el pago del comercio en monedas locales, lo que creaba condiciones más ágiles al comercio.

– ¿La idea de una moneda común para el intercambio?

– Eso es más complicado. Aun en Europa se sigue trabajando para implementar el Euro. Pero el pago en moneda local es muy posible, genera una caja de liquidación que equilibra las diferencias entre uno y otro en el intercambio, disminuye el costo de las transacciones y reduce las tasas que cobran los bancos. Todo es más ágil y es más directo. 

Fuente: Clarín

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