Biodiversidad y soberanía marítima en peligro

La plataforma marítima argentina incluye más de 330 tipos de peces, casi 120 especies de aguas profundas y una gran variedad de invertebrados. Es una de las más ricas en biodiversidad que hoy se encuentra en peligro, según un informe publicado por el sitio InSight Crime, que forma parte de una serie de reportes sobre la pesca no reglamentada, que se elaboró en conjunto con el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad Americana (CLALS).

El estudio se centra en la actividad que los barcos de China realizan a unas 201 millas marítimas de la costa, en el límite de la línea de Zona Económica Exclusiva (ZEE), donde es territorio de aguas internacionales y capturan toneladas de calamar. Cada barco tiene una capacidad de 600 toneladas que cuando se completa, aparece un carguero para trasladar lo capturado al país asiático y proveer de combustible a la flota pirata.

Según el informe, la depredación clandestina tampoco respeta la veda, es decir, el tiempo de reproducción del calamar, lo cual agrava la situación. Al respecto, advirtieron que, sumado a que esta especie tiene un ciclo de vida muy corto, la sobreexplotación de sus ejemplares más jóvenes podría hacer que su presencia en esta zona disminuya o incluso que se agote.

El informe también cita un estudio de la ONG Oceana, que indica que la mitad de las capturas mundiales de calamar dientuso provienen de aguas argentinas. También se benefician de la pesca en el Atlántico Sur España, Corea del Sur y Taiwán con apoyo logístico en Islas Malvinas. De la misma ONG surge la información de que cientos de buques pesqueros chinos apagaron los sistemas de rastreo entre 2018 y 2021 durante un lapso de 600 mil horas “enmascarando comportamientos potencialmente ilegales, como cruzar a las aguas nacionales de Argentina para pescar”. La entidad precisó que estas flotas se dedican en su mayoría a capturar calamares dientusos, que es vital para la economía del país y la dieta de numerosos animales como el atún y el pez espada.

En la milla 201 existe la “ciudad flotante” con cientos de barcos que esperan la llegada del calamar: lo atraen de noche con potentes reflectores que, según un empresario argentino de la pesca consultado por este medio, consume la energía de Río de Janeiro. Conociendo la ruta del calamar para desovar, Argentina –según esta misma fuente- debería otorgar licencias a empresas nacionales para desarrollar una política pesquera dentro de su plataforma antes de que el calamar sea interceptado en la milla 201.

De lo dicho, se desprende que la “ciudad flotante” no sólo genera pérdidas ecónómicas al país de hasta 2600 millones de dólares anuales, sino que además amenaza su biodiversidad y su soberanía marítima.

Redacción Patria Grande, fuente: Infobae.

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