La oligarquía no cambia

Por Gustavo Battistoni*

Una estructura económico-social no es homogénea. La del “Campo” argentino no es una excepción a la regla. Imposible poner en la misma bolsa a un productor de la Patagonia o del norte del país con un gran propietario de la Pampa Húmeda. Tan es así, que nuestra zona núcleo goza de ventajas comparativas que ni el Uruguay posee. Gustavo Grobocopatel, reconoce en el diario La Nación del 11/2, que en la hermana república “los suelos tienen menor productividad”, confirmando, una vez más, la validez de la teoría marxista de la renta diferencial de la tierra.

La sequía sigue pegando fuerte, con expectativas de cambiar en el corto plazo, y con evidentes ganadores y perdedores. Entre los perdedores, los pequeños productores llevan la peor parte, como ha explicado con claridad el productor Gastón Borsini en el grupo de debate e información Observatorio Económico. Toda crisis tiende a la concentración, si no hay una política eficaz desde el Estado que equilibre las desigualdades que el mercado establece en materia de escala y capacidad de ahorro.

Decíamos que el desarrollo a partir del capitalismo concentrador y su implacable tendencia hacen que mientras una parte del sector agroindustrial tenga graves inconvenientes,  el patentado de maquinaria agrícola haya alcanzado en enero 560 unidades, un 19% más que en diciembre de 2022, y un 17% más en términos interanuales. “Después de un último cuatrimestre flojo el año pasado y un principio de año signado por la sequía, nos encontramos con buenos números, afirman desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara)”. Desde esta Asociación se manifiesta que en enero se patentaron 62 cosechadoras, un 24% más que el año pasado. También hubo mejoras en tractores, con un 16.7%  de mayores ventas con respecto al año anterior (Suplemento Agroclave, Diario La Capital, 11/2). Es claro que estas onerosas máquinas son de imposible acceso, por su elevado costo, para los pequeños y medianos productores, aumentado la composición orgánica del capital, con su centralización en pocas manos y sus consecuencias sobre la productividad y mano de obra.

El director de AZ-Group, Sebastián Salvaro, predice un caída del precio del glifosato de un 50% y de los fertilizantes en un 40%, lo que mejoraría la rentabilidad del campo, sin tener en cuenta que con la sequía y la posible baja de precios, solo será un beneficio para los grandes capitales y rentistas del agro. Reconociendo además que la financiación del próximo ciclo productivo quedará en manos de los exportadores, bancos y terminales de insumos (Suplemento Campo, La Nación,11/2), lo que pondrá a los pequeños productores a merced del capital comercial y financiero en desmedro de los productores directos de la riqueza.

En una interesante nota de opinión del sábado 11/2, publicada en el Diario Perfil, el ex Ministro de  Agricultura Julián Domínguez, nos da una serie de datos remarcables, donde, además, se compara el gobierno de Macri con la actual administración. Por ejemplo, en el caso de la carne vacuna, en los tres últimos años, se exportó un 157% más que en el trienio 2016/18; en tanto el alza en el caso del maíz representó un 58%. En cuanto a la proteína animal, se incrementó la producción de carnes vacuna y aviar en un 9%, la de cerdo en un 27%, y la producción de leche un 11%.

El maíz acumuló un total de 178 millones de toneladas de 2020 a 2022, mientras que en el trienio 2016 a 2018, la producción fue de 132 millones de toneladas, un aumento del 34%. En el caso del sorgo, el volumen fue de 14 millones de toneladas contra 11.6 millones de toneladas en el macrismo. Otro dato resaltable es que se exportó un 13% más de aceite de girasol con respeto al gobierno anterior. Sin caer en una fácil apología sobre las políticas actuales, no podemos entender, salvo desde la lógica política, la docilidad con que la Mesa de Enlace trató al gobierno de Cambiemos, con respecto al Gobierno  actual, que heredó la pandemia y una sequía espantosa. Por supuesto, faltan un montón de medidas de promoción productiva, sobre todo para los pequeños y medianos productores, pero es indudable que la Sociedad Rural Argentina es la que hegemoniza con sus reaccionarios reclamos las demandas de una parte importante del mundo agropecuario.

Como prueba de esto último, es la presentación judicial de la variopinta  Mesa de Enlace ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 71, de una media cautelar contra un bono de ¡26.000 pesos! que el gobierno le quiere conceder a los explotados del campo (Diario La Nación 10/2). Sin entrar en detalles, para no cansar al amable lector, le recomendamos la lectura del libro Las Cosechas son Ajenas (Editorial Cien Flores), del investigador del CONICET, Juan Manuel Villulla, para darnos cuenta de la voracidad de la oligarquía argentina, su egoísmo y carácter reaccionario. Sobre todo recomendamos el Capítulo 4 del libro, titulado: “Uno para los trabajadores, cien para los empresarios”, donde se expresa con datos y argumentos irrefutables la desigual repartija de riquezas en el campo argentino, la diferencia entre el valor producido por la fuerza de trabajo agraria y la miserable retribución que reciben como ingreso asalariado.

Un pequeño productor puede tener inconvenientes para pagar esa cifra, pero creemos que 26.000 pesos, es lo que debe gastar el señor Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural Argentina, en finos vinos por fin de semana, dinero que para un trabajador del campo puede ayudar enormemente para mantener a su familia.

Por último, y como colofón del esperpento, el señor Pino (Suplemento Campo, La Nación, 11/2), está preocupado por “quienes atentan contra el derecho a la propiedad privada definido en la Constitución Nacional”. ¿Le debemos recordar al presidente de la siniestra S.R.A., las bibliotecas enteras que demuestran como mediante la violencia, el apoyo a las dictaduras militares y el latrocinio, la oligarquía criolla que él representa, se quedó con millones de hectáreas de los pueblos originarios y de los menesterosos del campo argentino, desde la Colonia hasta hoy? Se creen los dueños del país y está en nuestras manos y responsabilidad militante, demostrarles que están muy equivocados.

*Periodista y escritor firmatense

Fuente: redaccionrosario.com

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