José María “Pepe” di Paola: “La política tiene que mirar la agenda de los barrios”

Dentro de los discursos que acaparan adeptos, se encuentra aquel que dice que los políticos manejan agendas alejadas de las necesidades de la gente de a pie.

En ese marco, teniendo en cuenta los altos niveles de imagen positiva que concentra la clase política, el padre Pepe apuntó: “Nosotros cuando decimos que la política tiene que mirar la agenda de los barrios nos referimos justamente a eso. Cómo lograr que poco a poco, en vez de estar mirando solamente los desafíos de agendas más grandes, cualquier gobernante o aspirante a serlo mire también esa agenda barrial que es la que tiene que marcar la vida de los argentinos. Eso es algo fundamental”.

Con altos índices de pobreza e inflación de por medio, el deterioro en el tejido social es un proceso que se viene acrecentando paulatinamente. En ese sentido, el sacerdote comentó: “Hay cosas que son fruto de décadas de una Argentina que se fue desplazando. A pesar de lo que digan los índices, hoy en día, tenemos más gente en situación de calle. Esto se da como consecuencia de décadas en donde una mirada liberal se ha impuesto en la Argentina”.

Más allá del memento que se vive dentro de los sectores más vulnerables, consideró que “gracias a la ayuda, al aporte, desde una mirada más comunitaria en los últimos tiempos, se puede tener a través de la asignación universal, un plan o un programa, un dinero en el bolsillo que le permite a los barrios poder andar, poder vivir, alcanzar una especie de economía barrial. Aunque falte mucho, no deja de ser importante”.

No se puede comparar con el 2001
“Para quienes hemos vivido la crisis del 2001 en los barrios, nos es fácil comparar. En esa época no teníamos nada, hoy en día hay una fortaleza que ninguna persona puede negar”, sostuvo el Padre Pepe.
“Vivía en la villa 21, no teníamos medicamentos, los teníamos que conseguir a través de la parroquia, hacíamos colectas en otros barrios para comprarlos”, recordó. Desde aquel momento existieron avances, apareció el auge de la construcción, aunque reconoce que falta dar otro paso hacia adelante.

Al ser consultado respecto al papel que le corresponde a la política en torno a las necesidades cotidianas, reflexionó: “Es muy importante una política que mire al trabajo, darle lugar a las empresas para que puedan trabajar bien, a las empresas del estado que pueden resurgir. Se podría tener una flota pesquera para poder trabajar en los mares como corresponde, hay cosas que se pueden reflotar que serían mano de obra en la construcción y en el trabajo propio”.

En cuanto, al descontento social, especialmente por parte de los sectores más desprotegidos, sostuvo que “habría que separar lo que ve la gente de los grupos. La gente común quiere vivir en paz, necesita creer en la gente que la representa. Hay una esperanza en la gente, siempre. Lo importante es que los dirigentes estén a la altura, que digan presente en los barrios”.

Ideal de dirigente político

“Un dirigente tiene que tener esa capacidad que tenía Bergoglio: estar en la villa, estar en la plaza de Mayo porque tenía su lugar de atención, estar en San Cayetano con los trabajadores, atendiéndolos, o en san Pantaleón con los enfermos, ocupándose de la trata en Constitución. Ver un Buenos Aires desde lo real, tomándose el colectivo, yendo de a pie con la gente. Muchos dirigentes lo están haciendo, es importante el contacto con la realidad”, explicó.

En relación a la grieta política en la que está anclada la sociedad argentina y sus consecuencias, expresó: “Es muy amplio el tema. Hay gente que apuesta a las grietas y a los odios, viven así y promueven ese clima. Pero también hay gente que tiene muchas ganas de atender las necesidades reales. Entonces, yo pongo mi esperanza en aquellos que están a la altura de las agendas de los barrios, que tiene que ver con el trabajo, con la seguridad y con el chico que se está recuperando de la droga. El pibe debe crecer sano en el barrio y, como decimos nosotros, debe tener las tres ‘c’: club, capilla y colegio”. En esa línea, dejó latente una premisa: “Hay mucho para hacer desde el barrio. Los dirigentes deben pararse desde el barrio y mirar al argentino común, desde ese lugar”.

Finalmente, y en el marco de la Semana Santa, el Padre Pepe, reflexionó: “Es una oportunidad espectacular para que aprovechemos los argentinos como un momento espiritual, para mirar hacia adentro. Hacer una mirada desde lo espiritual, que es lo más importante que tenemos, nos puede dar la perspectiva de un mejoramiento (…) A la Argentina la vamos a cambiar si nos damos cuenta que esa luz espiritual que tenemos todos, la tenemos que juntar”.

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