El imperio británico en Hong Kong: del primer narco-estado a las secuelas de las guerras del Opio
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El Reino Unido no sólo lideró el comercio de humanos esclavizados desde la segunda mitad del siglo XVIII (un tercio del total pasaba por barcos o comerciantes británicos), sino que también obtuvo pingües ganancias con la savia de la amapola.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la Compañía Inglesa de las Indias Orientales jugaron un papel preponderante en el comercio de opio en Asia. Los holandeses importaron grandes cantidades de opio desde Bengala (un promedio de 100 toneladas anuales) y lo utilizaron como una herramienta para debilitar a la población indonesia. Por otro lado, los británicos, después de fracasar en su intento de comerciar con los chinos, recurrieron al comercio del opio.
La desesperación de los directores de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales por su incapacidad de vender algo que interesara a los chinos durante la primera revolución industrial llevó a la búsqueda de un producto irresistible para cualquier mercado en que accediera sin restricciones legales: una droga, en concreto una llamada opio. En un principio, intentaron por medio del contrabando compensar su desastrosa balanza de pagos en el último tercio del siglo XVIII y comienzos del XIX, pero la eficiencia administrativa china empezó a interceptar cargamentos y a detener contrabandistas ingleses. En consecuencia, el Reino Unido emprendió iniciativas militares que permitirían que el opio producido y comercializado por ellos pudiera venderse libremente en China a pesar de la oposición de sus gobernantes.
El opio se convirtió en una droga altamente adictiva que afectó gravemente a la población china. Los chinos intentaron prohibir el opio, pero Gran Bretaña, para mantener su posición de poder en el comercio de opio, utilizó la fuerza militar para imponer su voluntad. La toma de Hong Kong en 1841 fue debida a la necesidad de proporcionar a empresas británicas una base segura para su contrabando de opio. Se calcula que entre 15 y 50 millones de civiles chinos murieron durante las llamadas guerras del Opio, una droga que los europeos utilizaron para empobrecer y entumecer a los habitantes de Asia Oriental.
Escuchaba hoy en una reunion del parlamento europeo, convocado para hablar especificamente de su relacion con China, a Borrel y Von Der Leyen diciendo que no van a cortar su relaciones pero que hay que poner limites a la forma de comerciar de estos pues no se adaptan enteramente a las formas occidentales del libre comercio. Me acordaba justamente de lo que habla el articulo de arriba sobre la forma de “lbre comercio occidental” con que los europeos introdujeron el opio en China, o cuando le cortaban los pulgares a las mujeres hindues para que no pudieran trabajar en sus telares y competir con las telas inglesas. ¡¡HIPOCRITAS SON LA ESCORIA DEL PLANETA!! ojala los chinos los humillen economica y politicamente, y como tercermundista me sentire reivindicado.
Excelente reflexión, ahora los corsarios y bucaneros van a dar lecciones de libre comercio a los chinos que abrieron La Ruta de la Seda o a los árabes de La Meca, no tienen vergüenza.