Canciller argentino apoya la creación de una moneda común para América Latina
Recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Santiago Cafiero, ha expresado su apoyo a la creación de una moneda común para América Latina, declarando que la misma traería una serie de beneficios tanto para Argentina como la región. La propuesta de una moneda común para la región surge como una estrategia original de Brasil para conectar comercialmente a los países de América Latina y reducir así el papel dominante del dólar estadounidense en la región.
Con la llegada de Lula da Silva a la presidencia de Brasil, la propuesta ha tomado impulso nuevamente, y fue discutida en el compromiso de la CELAC en Buenos Aires en enero por el mandatario brasileño y su homólogo argentino, Alberto Fernandez. Ambos Gobiernos firmaron un documento para comenzar a trabajar en la creación de esta moneda común, aclarando que su uso se limitaría a acuerdos entre países del Mercado Común del Sur y el bloque BRICS – que también estudia emitir su propia moneda común -.
Ventajas para Argentina y la región
Al respecto, el canciller Cafiero enfatizó recientemente sobre las ventajas que traería una moneda común para Argentina, particularmente para aliviar la crítica situación económica que atraviesa actualmente el país sudamericano debido al estado de sus reservas de divisas, la devaluación de su moneda y la volatilidad en el precio del dólar – la principal divisa que utilizan para el comercio internacional -. Esto ha llevado al Gobierno de Fernández a buscar otras alternativas para contrarrestar este problema, como por ejemplo sustituir el uso de dólares por el yuan chino en acuerdos bilaterales con China.
Asimismo, el diplomático destaca que, si la propuesta se lleva a cabo, podría tener un impacto significativo en la economía y el panorama político de la región, ya que ofrecería una alternativa al papel dominante del dólar estadounidense y podría fortalecer la integración económica regional. Si bien la creación de una moneda común puede enfrentar varios desafíos, incluida la coordinación de las políticas monetarias entre los países participantes, sus beneficios potenciales han despertado el interés y el apoyo de varios países de la región.