El sindicalismo peronista tendrá la menor representación en el Congreso de los últimos 50 años
Desde diciembre, el sindicalismo peronista tendrá la menor representación de los últimos 50 años en el Congreso: retendrá sólo 5 de las 10 bancas de diputado que mantiene desde 2021. Y sólo sumaría una más: en la magra cosecha en las listas que cerraron el fin de semana pasado, únicamente Mario Manrique (SMATA), aliado de Pablo Moyano, tendrá asegurado su ingreso a la Cámara Baja como tercer candidato a diputado nacional de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires.
Curiosamente, si resultaran elegidos dos dirigentes gremiales que figuran en las listas de Juntos por el Cambio (Dante Camaño, de Gastronómicos) y de La Libertad Avanza (Pablo Ansaloni, de trabajadores rurales) sumados a tres que hoy ocupan bancas de diputados provenientes de la izquierda (Romina del Plá y Alejandro Vilca) y una fuerza provincial (Claudio Vidal), la bancada sindical “no peronista” llegaría a 5 miembros, uno menos que los legisladores alineados con el PJ en sus distintas versiones.
El fuerte retroceso de los diputados de extracción sindical es uno de los indicios de la pérdida de poder político y de influencia del gremialismo peronista: entre 1973 y 1976 llegaron a ser 39; entre 1983 y 1993, 23; entre 1993 y 2003, 17; entre 2003 y 2011, 13; entre 2011 y 2019, 12, y entre 2019 y 2023, 10, de los cuales 5 finalizarán su mandato el 10 de diciembre: Claudia Ormachea (bancarios), Carlos Ponce (Sindicato del Plástico y secretario general de la CGT de Villa Mercedes, San Luis), Carlos Cisneros (bancarios), María Rosa Martínez (Corriente Federal de Trabajadores) y Estela Hernández (llegó desde el Sindicato de Comercio de Chubut, pero ya renunció).
Seguirán su tarea legislativa hasta 2025, en cambio, Sergio Palazzo (titular de la Asociación Bancaria), Vanesa Siley (empleados judiciales, SITRAJU), Hugo Yasky (líder de la CTA kirchnerista) y Pablo Carro (proviene de la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba y hasta 2022 fue jefe de la CTA de esa provincia). En todos los casos, alineados con el kirchnerismo. También mantendrá su banca otros tres años el peronista Claudio Vidal, secretario general del Sindicato de Petroleros y Gas Privado de Santa Cruz, quien llegó a su banca desde su partido provincial SER (Somos Energía para Renovar). Ahora, este dirigente enfrentado a Alicia Kirchner podría ser candidato a gobernador en las próximas elecciones gracias a una alianza con un sector de Juntos por el Cambio.
Si Vidal consigue conducir la provincia, es probable que desde el 10 de diciembre haya otro dirigente de la actividad ocupando una banca de diputado nacional: el secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut, Jorge Ávila, peronista, liderará la lista unificada de candidatos a diputado de Juntos por el Cambio en esa provincia, es decir, será el postulante tanto de Horacio Rodríguez Larreta como de Patricia Bullrich tras un acuerdo al que llegó con Ignacio “Nacho” Torres, actual senador nacional del PRO y candidato a gobernador chubutense de JxC.
Otros diputados de extracción sindical que no son peronistas son Romina Del Plá (SUTEBA) y Alejandro Vilca (recolección de residuos), pertenecientes al Frente de Izquierda.
En las elecciones legislativas de 2021, Cristina Kirchner y su hijo Máximo monopolizaron los nombres de los candidatos y privilegiaron a sindicalistas alineados con ellos, marginando al sector que controla la CGT (”Gordos”, independientes y barrionuevistas) y al moyanismo: hubo sólo tres lugares en la nómina de diputado nacional por la provincia de Buenos Aires para la Corriente Federal (Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Walter Correa), uno en la misma categoría para la CTA oficialista (Hugo Yasky) y dos en la lista de diputados bonaerenses, uno para la UOM (Naldo Brunelli, en la Sexta Sección Electoral) y otro para los rurales de UATRE (Cecilio Salazar, en la Segunda Sección Electoral).
El cotitular de la CGT Héctor Daer (Sanidad), del sector de “los Gordos”, tuvo un premio consuelo: su hija Maia Daer fue cuarta candidata en la lista de legisladores porteños, cargo que desempeña actualmente, pero esa banca no se la consiguió Alberto Fernández (de quien Daer en ese momento era su principal aliado), sino que, según fuentes oficialistas, lo obtuvo por su trabajo político en el Partido del Trabajo y la Equidad (PARTE), que lidera Claudio Ferreño (también amigo del Presidente).
Si esa cosecha de bancas fue pobre, el saldo del último cierre de las listas, también digitadas por la Vicepresidenta, fue mucho peor para el sindicalismo peronista al lado de las logradas en los últimos 50 años: el más beneficiado fue el ultra K Mario Manrique, secretario Gremial de la CGT y adjunto de SMATA, aliado de Pablo Moyano en el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA).
Este dirigente quedó asociado con la polémica cuando en abril pasado amenazó con prenderles fuego a los empresarios del Foro Llao Llao: “Los que están en Llao Llao se creen que son los dueños de la Argentina. Es obvio que quieren prender fuego el país. A ellos hay que prenderlos fuego”, dijo. En la última reunión del Consejo del Salario, en abril pasado, donde participa el Gobierno, el empresariado y la CGT, Manrique y Moyano hicieron un escándalo porque no lo habrían dejado hablar al dirigente de SMATA para oponerse al aumento pactado y maltrataron a la ministra de Trabajo, Kelly Olmos.
Ahora, Cristina Kirchner lo premió con el tercer lugar de la nómina de diputados nacionales por la provincia. En esa ubicación tiene el acceso garantizado a la Cámara Baja. El resto de los sectores sindicales no tuvo esa misma suerte. La Corriente Federal de Trabajadores, que en 2021 logró tres bancas de diputado, esta vez no consiguió nada. La CTA oficialista obtuvo dos lugares en la lista bonaerense, pero en puestos que no les aseguran una banca: María Reigada, del SUTEBA que lidera Roberto Baradel, quedó en el puesto 18, mientras que un lugar más abajo, en el 19, figura Edgardo Depetri, miembro de la mesa nacional ceteísta y actual subsecretario de Ejecución de Obra Pública del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, que encabeza Gabriel Katopodis.
Hubo otros sindicalistas que aparecen en listas K en la provincia de Buenos Aires: Walter Correa, actual ministro de Trabajo bonaerense y líder del gremio de curtidores, será el primer candidato a concejal en Moreno, en la nómina de la actual intendenta, Mariel Fernández, quien buscará su reelección, pero competirá en las PASO contra Damián Contreras, alineado con Sergio Massa. Y Omar Plaini (Canillitas), aliado de Pablo Moyano en el FRESIMONA y enrolado en el kirchnerismo, dejará en diciembre su banca de senador bonaerense del Frente de Todos por la Octava Sección Electoral, donde ahora será segundo candidato otro dirigente sindical, Pedro Borghini (Sanidad). Plaini, sin embargo, fue inscripto como séptimo candidato al mismo destino legislativo de Unión por la Patria por la Tercera Sección Electoral. Con esa ubicación de la lista es muy poco probable que pueda renovar su mandato.
Entre las curiosidades del cierre de las listas del sábado pasado se destaca la precandidaturas a diputado nacional de Dante Camaño, titular del Sindicato de Gastronómicos de Capital, quien mantiene un feroz enfrentamiento con su ex cuñado Luis Barrionuevo tras las elecciones realizadas en esa seccional en diciembre de 2021. El hermano de Graciela Camaño, que milita en Encuentro Republicano Federal, liderado por Miguel Angel Pichetto, figura en el quinto lugar de la lista de precandidatos a diputado nacional del larretismo en la ciudad de Buenos Aires.
Otra postulación llamativa que proviene del sindicalismo es la de Pablo Ansaloni, ex titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) y referente del Partido FE (fundado por el sindicalista macrista Gerónimo “Momo” Venegas), en el quinto lugar de la boleta de candidatos a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires de La Libertad Avanza, el partido de Javier Milei.
En las últimas horas, como informó Infobae, en las redes sociales comenzó a circular nuevamente un repudiable video con un comentario antisemita de este dirigente, que ya ocupó una banca en la Cámara Baja entre 2017 y 2021, en aquel momento en alianza con Juntos por el Cambio.
“Estamos más unidos que nunca, nadie nos va a romper a nosotros, y nadie que no tenga que ver con nuestra provincia porque son como los judíos, por ahí no tienen patria, no saben dónde están o a quiénes representan. Yo sí sé a quiénes represento: represento a la seccional 185 de Colón, provincia de Buenos Aires”, afirma Ansaloni en la grabación, que corresponde a un Zoom de 2021. Sus palabras fueron condenadas en su momento por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y por el entonces diputado nacional Waldo Wolff, hoy en la Secretaría de Asuntos Públicos porteña.
Para colmo, Hugo Moyano estuvo a punto de liderar la lista de diputados de Daniel Scioli en la provincia, que hubiera sido una señal auspiciosa para todo el sindicalismo, pero el acuerdo para que se postule Sergio Massa a la Presidencia dejó trunca la candidatura del líder del Sindicato de Camioneros, que sigue sin suerte en la arena electoral por falta de aliados políticos o de votos.
El sindicalismo peronista sigue perdiendo poder en el Congreso, aunque, paradójicamente, en los últimos meses multiplicó estructuras similares para presionar al oficialismo y lograr más representación. Por un lado, el sector mayoritario de la CGT lanzó el 17 de octubre pasado el Movimiento Nacional Sindical Peronista en un acto realizado en el estadio de Obras Sanitarias, en Núñez, con el fin de conseguir más lugares en las listas. Gerardo Martínez (UOCRA) reconoció ese objetivo: “Queremos poner concejales, legisladores provinciales, diputados y senadores nacionales”. Pese a su alineamiento con Sergio Massa, quedaron marginados de las candidaturas.
Por otro lado, las 62 Organizaciones, el histórico brazo político del sindicalismo peronista que le permitió al metalúrgico Lorenzo Miguel lograr bancas y cargos políticos en los años 70, hoy está dividida en tres sectores y ninguno logró ni un sola candidatura: una fracción está dirigida por el taxista José Ibarra, identificado con el fallecido “Momo” Venegas, que cuenta con el reconocimiento oficial de la Inspección General de Justicia; otra conducida por el textil Hugo Benítez, identificada con la conducción de la CGT, y una más reciente creada por Pablo Moyano y presidida por Marcelo Pariente, del sindicato de motoqueros, secundado por Karina Moyano, hija de Hugo Moyano.
“La columna vertebral del peronismo”, como llamaba Juan Domingo Perón al sindicalismo, está en problemas. Representa cada vez a menos trabajadores formales a raíz del aumento del trabajo no registrado. Se encuentra fracturado en no menos de cuatro sectores internos y tres centrales obreras. Los últimos gobiernos peronistas, tanto el de Cristina Kirchner como el de Alberto Fernández, no le dieron ninguna participación en la toma de decisiones. Hoy, soporta un ajuste económico con una pasividad que no tuvo ante gobiernos no peronistas y teme una derrota electoral del oficialismo que lo deje aún con menos influencia. El escenario se agravó en estos días: pasará de 39 bancas de diputado nacional que tuvo en 1973 a sólo 6 en 2023. ¿Una pesadilla que no tiene fin?
Fuente: infobae