El cambio climático como pretexto para el subdesarrollo crónico, por Carlos Andrés Ortiz

Desde hace casi cuatro décadas, la irrupción del sector ecologista, fuertemente promocionado por transnacionales de la ecología, con sedes en Europa y EEUU, y en muchos casos creadas por y desde el Reino Unido (como las muy activas e instaladoras de prejuicios con escaso o nulo fundamento, como sucede con Greenpeace y WWF -Fundación Vida Silvestre en Argentina-), machacaron fuertemente para imponer conceptos que, bajo la excusa del conservacionismo extremo, no solo dejaron de lado sino que denostaron toda idea afín al desarrollo socio económico, mostrando con ello un claro y total desprecio por los millones de seres humanos que padecen carencias básicas que les impiden tener una vida digna, y en muchos casos sus expectativas de vida son sensiblemente menores que las poblaciones del núcleo de naciones desarrolladas, en particular las del exclusivo grupo de países calificados como de la sociedad post industrial. 

El mensaje de los fundamentalistas de la ecología, prontamente pasó a tener caracteres de claro desprecio al ser humano, con conceptos genocidas de clara exclusión hacia nuestros semejantes sumidos en la pobreza o peor aun en la miseria más abyecta, pues sus impulsores y militantes pasaron a difundir la supuesta “opinión ambientalmente correcta” según la cual “el ser humano es la maldición de la tierra”, o conceptos similares. 

Claramente, cero empatías con los millones de marginados, y desprecio total hacia el mundo subdesarrollado. 

El habitual tremendismo de los mensajes del ecologismo, en muchos casos puede definirse como operaciones de terrorismo ecologista, incluyéndose en ellos supuestas “predicciones” de inminencias de masivos desastres ambientales a escalas masivamente dantescas, que fueron difundidas por sus voceros y promotores, con dos sucesivas fechas del supuesto caos terminal, lo que -por supuesto- no ocurrió, pero sus difusores nunca asumieron el tema, que no provocó los consecuentes escándalos ante tamañas mentiras, pues sus masivas difusiones -seguramente sostenidas con generosos presupuestos de las ONGs transnacionales-, prontamente los taparon con otros temas. Las muletillas de promoción del ecologismo, cambiaron por los actuales masivos mensajes, de amplias difusiones en los medios masivos, que insisten con los supuestos desastres del “cambio climático”, concepto que fue adoptado por las Potencias Atlantistas, con inadmisibles pretensiones de imposiciones forzosas a ser aceptadas por el mundo subdesarrollado. 

Esas potencias, para imponer estas evidentes acciones de neocolonialismo, con el “cambio climático” como ariete y excusa supuestamente ineludible, no solo apelan a diversos entes creados al efecto, para dar el “margen de credibilidad indiscutible”, como el Acuerdo de París, y presionan con el machacar de medios de comunicación cooptados al efecto, sino que redoblan la apuesta, utilizando presiones y/o amenazas diplomáticas, tal como dijo claramente, el presidente de Brasil, en la reciente cumbre del Mercosur.

 Eso se complementa con las presiones financieras, con créditos relativamente blandos, para imponer al como sea las muy ineficientes “renovables sesgadas” eólicas y solares (son intermitentes, y con otras condicionalidades negativas, no siendo “limpias” como las promocionan). 

Por el contrario, existen sutiles y en muchos casos directas acciones del Bloque Atlantista, para impedir o demorar las mucho más eficientes, económicas y limpias energías hidroeléctrica y nuclear, las que además tienen claros efectos multiplicadores positivos. 

Es deplorable ver como accionan los promotores o alineados con el “cambio climático”, soslayando todo lo referente al necesario desarrollo socio económico, y pretendiendo “dar cátedra” de Energía, desde el desconocimiento total del tema, lo cual pretenden suplir con las repetidas muletillas con caracteres afines al terrorismo ecológico. En ese contexto, los abogados ambientalistas suelen jugar un rol negativamente esencial, poniendo sucesivas trabas a los proyectos y obras diferentes a las pseudo “soluciones” eólicas y solares, sin mostrar mayores conocimientos técnicos de Energía. 

En todo ese cuadro de variopintas imprevisiones, tergiversaciones y falsedades técnicas de grosero tenor, la muy necesaria planificación técnica del Sector Energético, evidencia brillar por su ausencia, lo cual es un pasaje directo a las improvisaciones y errores, los cuales se pagan muy caro en todo lo concerniente a la Energía, insumo estratégico e insoslayable para el imprescindible desarrollo socio económico nacional. 

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ 

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

caoenergia.blogspot.com

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