El retorno del menemismo. Por Horacio Paccazochi

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“La historia se repite primero como tragedia y luego como farsa” diria Karl Marx precisando una aseveración de Hegel, quien en su momento dijo que situaciones y personajes se repiten dos veces en la historia.
Tal vez el clima electoral, los programas de política que llenan horas y horas de TV y radio, como cientos de páginas de los diarios, los spot publicitarios que prometen un cambio “rápido”, o eliminar a la “casta” enturbien la percepción de lo que se esconde verdaderamente detrás los candidatos de la oposición.
Esto no quiere decir que el votante de las paso se confunda por la publicidad, en realidad está harto de la política que viene prometiendo solucionarle los problemas básicos de la vida y solo consigue una frustración tras otra. Y son estas frustraciones la que lo llevan a salirse de su voto tradicional para apostar a un cambio.
Apostó por el peronismo a comienzos del siglo y luego de varios años de estabilidad, la política desde el oficialismo no consiguió la unidad de las mayorías tras un proyecto común y, lo que es peor, empezó por plantear división en su propio seno que lo llevó a perder el gobierno.
Macri llego diciendo que el problema era el “populismo”, pero su política de corte liberal terminó endeudando tremendamente al país y llevó a una nueva frustración.
El peronismo volvió al gobierno con una fórmula más “potable” y de unidad, pero a poco de andar empezarían las diferencias internas agravadas por pandemia, guerra y sequía que se potenciarían para dejarnos en la situación inflacionaria de hoy.
A todo esto han pasado veinte y pico de años, para los que hoy tienen cuarenta. Pero si contamos el fracaso de los gobiernos desde la vuelta de la democracia en el 83′ a la fecha suman cuarenta años, para argentinos que rondan los 60 años, teniendo en cuenta que se votaba a partir de los 18.
Es comprensible entonces que para muchos ciudadanos, sea mas importante un cambio que lo que propongan los candidatos.
Pero realmente los candidatos de la oposición representan un cambio o es más de lo mismo. Veamos.
Javier Milei aparece como alguien que fuera del sistema politico viene a luchar contra la “casta” política que ha fracasado. Pero si observamos su trayectoria vemos que tiene una larga, para su edad, participación como asesor en el Congreso de la Nación, y de grupos empresarios muy conectados con la política del menemismo. Es más, ha elogiado públicamente el gobierno del caudillo riojano y llevando a su sobrino como candidato. Considera a Domingo Cavallo su referencia en economía. Dos de sus principales operadores serían, según sus declaraciones, Roque Fernández y Carlos Rodríguez ambos integrantes del equipo económico de Menem. Y podríamos seguir.
A esta altura convendría refrescar nuestra memoria y volver un poco atrás para ver qué representó el gobierno de Menem. El riojano llega al gobierno en medio del fracaso de Alfonsín y con una situación económica altamente inflacionaria. Consigue dominarla con el plan de convertilidad de Cavallo, y enancado en este triunfo provisorio emprende el plan mas grande de desnacionalización del país desde la Revolución Libertadora hasta la fecha. Empresas del Estado fueron rematadas y entregadas a la voracidad de grupos de inversión, que no invirtieron nada, las exprimieron hasta dejarlas exhautas y cuando fueran recuperadas para el Estado pedir millonaria indemnizaciones. Alinearse automáticamente a la política exterior norteamericana acompañándolos en algunas de sus “expediciones punitivas” contra el mundo munsulmán del cual se ufanaba pertenecer. Abrir de par en par las puertas del mercado interno para que entrara cuanta baratija viniera de afuera destruyendo buena parte de la industria nacional. Entregar para su destrucción el Proyecto del lanzador Condor II con el cual ya habríamos puesto nuestros satélites en el espacio ganando un precioso tiempo, y dinero, en la carrera espacial. Por ultimo y para mencionar solo algunas de las maniobras antinacionales de ese gobierno señalaremos la firma de los Acuerdos de Madrid entre el entonces canciller Cavallo y Sir Crispin Tichielle, por Gran Bretaña, sin legitimación del Congreso de la Nación en donde nos rendiríamos ignominiosamente ante el usurpador de nuestro suelo. Esto último debe ser tenido en cuenta por nuestros hombres de armas, que hoy recorren el mundo en busca de quien nos pueda vender algun armamento ante el embargo inglés, y en memoria de los camaradas caídos en combate. Ninguna bronca contra este o cualquier gobierno nos puede hacer olvidar que tenemos parte del suelo patrio ocupado por los piratas, y a nuestros héroes que dieron su vida por él.
Entonces detrás de todo el show de Milei contra la política y prometiendo soluciones mágicas, se esconde una vuelta a la política del menemismo.
Pero como decíamos al principio la historia se repite dos veces pero no de la misma manera. Menem pudo realizar su plan pues llegó enancado en el peronismo que le dio los votos y la confianza, luego traicionada, para cumplir su plan. Justificó su alineamiento detrás de los EEUU por la caída de la URSS, Hoy eso no existe, el peronismo esta en la vereda de enfrente por mas que haya algún deplazamiento de votos, y el mundo ya no es el unipolar de entonces.
Hoy Argentina al igual que muchos países del mundo se inscriben en la multipolaridad para comerciar sin imposiciones, ni alineamientos ideológicos. Menem quería a toda costa formar parte de la OTAN. Pensemos al estado que está llevando a Europa el seguidismo de la política norteamericana en contra de Rusia en la guerra de Ucrania.
Consideramos al igual que el ex presidente brasilero Henrique Cardozo cuando dijo que “para Brasil, el Mercosur no es una opción, es un destino”, sin importar la ideología de los gobiernos. No como Milei que se resiste a negociar con “comunistas” alejándonos de nuestros principales socios comerciales como son Brasil y China. Tal vez sean brabuconadas para quedar bien con los “amigos” del norte, pero pensemos en lo que nos costaron en el pasado esas poses mediáticas.
En fin, cuando separamos un poco la paja del grano, cuando nos asomamos tras las bambalinas del espectáculo farandulesco vemos más de lo mismo.
No es distinta la otra pata del arco opositor con Patricia Bulrrich al frente llevando a Carlos Melconian que era el candidato para ministro de Economía si se daba el tercer mandato del riojano. Esto sin nombrar al mismísimo artífice del PRO, Mauricio Macri, que haría sus primeras armas en política en el menemismo.
Es cierto que estamos cansados de fracasos, pero eso no implica tropezar dos veces con la misma piedra.
Al menos Massa plantea una perspectiva realista en base a las posibilidades de la Argentina en los años venideros, y esto es más genuino que una vuelta al pasado adornado de ataques a la política y soluciones mágicas.

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