Defensa nacional: la gran ausente del debate electoral. Por Horacio Paccazochi
Si por algo se caracterizó el debate que nos ocupa diariamente alrededor de cual sería el nuevo gobierno es por la omisión lisa y llana de una perspectiva sobre la defensa nacional.
Ninguno de los candidatos se refirió al tema. Algunos enfrascados casi exclusivamente en las propuestas de índoles económicas y sociales, otros en agredirse mutuamente como si eso constituyera una política de estado, en todo caso sería de estado emocional.
Lo cierto es que uno debe ir mas atrás de esta compulsa electoral para encontrar las diferencias entre las distintas fuerzas políticas.
Hagamos un poco de historia.
Luego de la Guerra de Malvinas y con el regreso de la democracia la imagen de las Fuerzas Armadas estaba por el suelo un poco por su papel en las dictaduras cívico-militares que integraron, pero también porque la campaña de desmalvinización los hacia los únicos responsables. Partidos políticos que habían tenido funcionarios en esas dictaduras se lavaron las manos, se bañaron en agua bendita y se convirtieron en furiosos demócratas.
Por izquierda y por derecha se respiraba un clima de un antimilitarismo abstracto, favorecido por la gran prensa hasta ayer propiciadora de la interrupción de la vida democrática del país.
El radicalismo durante el gobierno de Alfonsín tuvo como única política de defensa el juzgamiento de la Junta Militar que no diferencio los excesos en la represión y la política económica, con la participación en Malvinas para lo cual se acudió al informe Rattembach que pretendió condenarlos por meras cuestiones técnicas, obviando el significado en cuanto a política soberana y anticolonial de la gran gesta. No en vano el Pueblo Argentino apoyo la causa por la recuperación de las islas y luego con el voto se encargó de desalojar de la Casa Rosada a quienes la ocupaban ilegítimamente.
Durante el gobierno de Menem, y salvo la adquisición de algunos A-4 para reemplazar mezquinamente el centenar de aviones de combate perdidos en Malvinas poco más se hizo. Perdón se hizo mucho más. Se desactivo el proyecto Cóndor que hoy nos permitiría estar poniendo nuestros satélites en el espacio con lanzadores propios. Además desactivar y privatizar el conglomerado de empresas estatales incluida las del área de la defensa como la Fábrica Militar de Aviones, (hoy Fadea), entre otras. Firmar por parte de Cavallo los acuerdos Madrid I y II que nos dejó las manos atadas ante la usurpación británica de las islas. En fin adscribir a la política de la OTAN en desmedro de una política nacional de defensa..
Durante el gobierno de Néstor Kirchner podemos poner en valor la asignación de recursos al INVAP para un plan de radarización del país del cual faltan al día de hoy solo dos puntos para completarlo en su totalidad.
En los doce años de Néstor y Cristina se recuperó la Fábrica de Aviones para la continuidad del Programa IA-63 PAMPA y modernización del IA-58 PUCARA. La recuperación de la fabricación de pólvora y municiones, como de astilleros navales privados y estatales. Además del Proyecto TRONADOR como continuación del lanzador CONDOR discontinuado durante el menemismo.
Lamentablemente todas estas buenas iniciativas estaban impregnadas de una visión “progresista” sobre el papel de las Fuerzas Armadas sobre todo en su participación en la guerra de Malvinas y que suponía que la Operación Virgen del Rosario fue un mero hecho de la Junta Militar para salvar la ropa ante la ciudadanía por su mala gestión económica . Esto llevo a degradar de alguna manera a la gran gesta y a promocionar películas como “Iluminados por el fuego”, de Tristán Bauer ex presidente de la Televisión Publica hoy Ministro de Cultura de la Nación, de claro corte desmalvinizador por su antimilitarismo abstracto, en donde los “chicos de la guerra” eran los pobres soldados buenos y los malos eran los oficiales de la dictadura. Sepa este señor Bauer que es más alto el porcentaje de oficiales y suboficiales caídos que de soldados, y que los “chicos” se comportaron heroicamente al nivel de los mejores soldados del mundo.
De los cuatro años del Macrismo solo podemos decir que se proponía una distorsión en el papel de las Fuerzas Armadas, que todavía hoy se sostiene, que es el de hacerlas jugar en la seguridad interior y en la lucha contra el narcotráfico, postura irracional considerando que Argentina posee fuerzas nacionales y provinciales a tal fin. En materia de equipamiento solo la compra a Francia de cuatro patrulleros oceánicos, cuya adquisición esta sospechada de sobreprecios al igual que cinco Súper Etendard que todavía no pueden volar por falta de componentes que nunca se proveyeron. Esto sin contar la tragedia del ARA San Juan que puso en evidencia el estado de abandono del equipo militar.
En síntesis podríamos decir que en estos 40 años de democracia la defensa nacional y su principal instrumento las Fuerzas Armadas no han estado entre las principales ocupaciones de los gobernantes.
Pero si debemos recalcar un hecho auspicioso, ya que de la mano de Agustín Rossi cuando le toco estar al frente del Ministerio de Defensa se promulgo una ley por la cual se creó el Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF), que está posibilitando la recuperación de equipos, la modernización de otros y la compra de los que no hay. Si bien es cierto que su presupuesto no alcanza para poner al día el enorme faltante de tantos años de desinversión es un primer paso en su recuperación. Hoy Agustín Rossi es el candidato a Vice Presidente en la formula con Sergio Massa, es de esperar que se siga en la misma senda.
Lo que sí ha dicho Massa que de llegar a la presidencia el país se alinearía en la senda del multilateralismo es decir mantener relaciones con los dos bloques mundiales hoy en disputa y negociar en función del interés nacional.
En lo que sí coinciden todos los candidatos es en las enormes potencialidades que encierra el futuro inmediato del país. Producción de petróleo y gas para el mercado interno y la exportación, grandes yacimientos de Litio, Cobre y Tierras Raras que el mundo necesita, la tradicional producción de proteínas animales y vegetales, y las tecnologías aplicadas en satélites y reactores nucleares, si a todo ello le sumamos el enorme espacio oceánico pletórico de riquezas casi sin explotar seriamos ingenuos si pretendiéramos retenerlas sin una realista Política de Defensa Nacional y un instrumento militar a la altura de las circunstancias.
Por otro lado tenemos parte del territorio nacional ocupado por Inglaterra que no es solo el territorio insular de Malvinas sino todo el mar circundante y su proyección antártica. Territorios sobre los cuales el gobierno probritánico de las islas cobra derechos de pesca que hacen sustentable la usurpación, al mismo tiempo que permite la sobreexplotación de la fauna ictícola. Sin capacidad de disuasión el país está incapacitado para negociar con una Gran Bretaña que hace caso omiso a las resoluciones de los organismos mundiales. No estamos en condiciones de sumirnos en un nuevo conflicto, pero como dice ese refrán latino “Si vis pacem para bellum”, si quieres paz prepárate para la guerra.
Estimado, me gusta tu linealidad en la elaboracion del resumen, y como resu.en muy resumen lo tomo y creo que como tal es bueno. No coincido en todo el punto de vista. En cada gobierno hubo prioridades de reconstruccion y una ruidosa ultraizquierda que reclamaba llevar a degüello a todas las fuerzas. No solo se trata de reconstruir las fuerzas, sino tambien una sociedad que las acepte y acepte decisiones del ejecutivo sin que ello signifique cuestionar por cuestionar. Sabido es que la corrupcion incrustada en las instituciones viene de lejos lejos y se perfecciona para que sea imposible desactivarla. Por ultimo creo yo que soberania como concepto y defensa como acciones que sostienen la primera, son indisolubles. Hoy no somos soberanos solo somos aspiracionales gruñones. Saludos y espero sevuir leyendo tus escritos
Excelente artículo!!