El cineasta Oliver Stone se manifestó a favor del desarrollo nuclear de los países: “no hay que temer, sino entender”
El cineasta Oliver Stone cree que, durante años, organizaciones de todo tipo infundieron el miedo en el mundo a la energía nuclear, pero sostiene que es la única alternativa viable contra la crisis climática: “Hemos sido engañados”, aseguró hoy en la presentación en Venecia de su documental Nuclear.
Durante las décadas de 1970 y 1980 fuimos engañados”, sostuvo el realizador en una rueda de prensa de la 79ª Mostra del cine, donde presentó su película fuera de competición.
El director de Platoon (1986) ha analizado los datos sobre los efectos perniciosos sobre el clima de los combustibles fósiles para exponerlos y defender claramente la que, a su juicio, es la única alternativa viable: la nuclear.
En la cinta, el director estadounidense alega que el mundo mantiene el terrible recuerdo de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, o la explosión del reactor soviético de Chernóbil, pero cree que esta ciencia, al día de hoy, es limpia, bastante segura y eficiente.
Y es que, a su parecer, tras estos acontecimientos empezó a rodar una maquinaria propagandística para evitar el avance nuclear: películas con monstruos marinos radioactivos, activismo “interesado”, o aquel ojo de tres peces que habitaba el río de Los Simpson.
¿El objetivo? “Enriquecer a un pequeño grupo de corporaciones e individuos a lo largo de generaciones”, según escribe en sus notas de dirección.
Pero el escenario ha cambiado, y el planeta se derrite a causa del calentamiento global, lo que convierte en “inevitable” el abandono del carbón, del petróleo o el gas, así como buscar métodos de obtención de energías alternativos.
Por esa razón, el director explora en su documental la posibilidad de la comunidad internacional para mejorar el sistema de la energía nuclear, pero partiendo de una premisa clara: “En la vida no hay que temer nada, sino entenderlo”, parafraseando a la mismísima Marie Curie, pionera en el estudio de la radioactividad.
Stone, basándose en el libro A bright future, se siente “asustado” por las “advertencias” que el clima está lanzando: “Inundaciones, oleadas de calor extremo en Europa, tormentas que no comprendemos y cada vez más agresivas…”, avisó.
El director parte de los primeros experimentos controlados de Enrico Fermi para analizar las 442 centrales del planeta, que generan un 10% de la energía total, y adentrarse en las más avanzadas de tres potencias: Estados Unidos, Francia y Rusia.
No obstante, Stone avisa que, para combatir el cambio climático, será necesario compartir energía limpia y sumar a la batalla al mayor contaminador del mundo: China.
En la presentación alguien puso en cuestión su presunto “optimismo”, ya que en estos planes ha interferido en la tensa relación entre Washington y la Unión Europea por un lado, y Rusia, por otro, a cuenta de la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero.
Pero el realizador defendió su postura: “Prefiero mirar a largo plazo. Soy optimista, puede que idealista, siempre lo fui, porque viví el final de un encuentro terrible entre EE. UU. y Rusia, el fin de la Guerra Fría, a lo que siguió un período extraordinario de cooperación”, rememoró.
“¿Durante cuánto tiempo funcionó? ¿Cuarenta [años]? Por lo tanto, no me hable del odio entre estos dos países porque va y viene, y si somos inteligentes debemos avanzar juntos y cooperar”, afirmó Stone.
El principal problema, a su parecer, reside en que la gente continúa temiendo a la energía nuclear y los líderes políticos solo “hacen y dicen” lo que los electores quieren.
“El liderazgo político a veces fue cobarde, hizo y dijo lo que los electores quisieron y estos no saben mucho de energía nuclear”, zanjó.
Gonzalo Sánchez – EFE