Patria o colonia. Por Horacio Paccazochi

Después de años de demora en hacer efectiva la presencia de las tres Fuerzas Armadas en Tierra del Fuego en el 83′ se comenzó la construcción de la Base Naval Integral, que debería proyectar el poder disuasivo de las tres fuerzas sobre el Atlántico Sur y la Antártida.

Años de desidia en la concreción de esta base han posibilitado conflictos limítrofes, y el sostenimiento logístico de la usurpación británica en Malvinas con vuelos que sobrepasan nuestras fronteras y el Mar Argentino. así como también prestar un mejor apoyo a nuestras operaciones en la Antártida.

Recién comenzada su construcción y ya el gobierno de Milei planea que también sea usada por fuerzas de EEUU según se lo ha acordado recientemente con la jefa del Comando Sur de los EEUU, Generala Richardson.

Habría que recordarle a este presidente falto de memoria, (o que la pierde cuando le conviene), que en ocasión de la Guerra de Malvinas Norteamérica traicionando el Tratado de Asistencia Recíproca (TRIAR), se alió con Gran Bretaña en contra de Argentina.

Le proporcionó su base en la Isla Ascensión, armas, y el uso de sus satélites para detectar los movimientos de nuestras fuerzas.

En base a la verdad de los hechos históricos con qué garantías podemos contar con la presencia en nuestra base de un aliado de nuestro enemigo que se halla a 300 millas ocupando las Malvinas. Una alianza que se mantiene firme en la guerra de Ucrania y en cuanta incursión en el mundo realiza EEUU. Un enemigo que nos hace pesar un embargo de armas y que Norteamérica respalda salvo que sea lo que nos quieran vender de su propio arsenal.

Creíamos que habíamos tocado fondo en materia de soberanía y defensa nacional. Parte del territorio ocupado, un mínimo presupuesto para reequipamiento y por sobre todo una doctrina de defensa que parte del supuesto que carecemos de hipótesis de conflicto y por lo tanto a las Fuerzas Armadas les cabe solo un papel testimonial. Esto fue hasta ayer. Hoy Milei nos propone ir un paso más allá con una alianza estratégica que nos debilita en vez de fortalecernos, y hacer uso del escaso poder militar que disponemos en tareas de represión interna de delitos que pueden y deben hacerse cargo las fuerzas de seguridad.

El conjunto de la sociedad, más allá de pertenencias políticas, debe replantearse lo que nuestros mayores supieron hacer cuando definieron que nuestro territorio y sus habitantes serían un país independiente y soberano. El gauchaje federal y el ejercito Libertador de América regaron con su sangre y actos de heroísmo la América del Sur para decidir ser PATRIA y no COLONIA. Hoy lo argentinos estamos de vuelta ante la misma disyuntiva.

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