La “batalla cultural” va a acabar con la Argentina. Por Horacio Paccazochi

A Milei solo le importa militar la “batalla cultural”, esto no es una reflexión antojadiza, está a la vista que su función como Presidente la entiende de ese modo. Recorre el mundo difundiendo las ideas de “la libertad”, recibido por líderes conservadores que lo usan para consumo interno, mientas, proponen para sus países políticas nacionalistas contrarias a las que el invitado practica en nuestro país.

La “batalla cultural” nos ha distanciado en política exterior de compradores actuales y futuros. De igual manera nos impide participar de los BRICS un alineamiento con las principales potencias emergentes del mundo pletórico de oportunidades de negocios e intercambio comercial. Salvo EEUU e Israel prácticamente no tenemos relaciones estables con ningún país y en cualquier momento, por algún desatino diplomático, perdemos más relaciones internacionales como ya ha pasado con China, Brasil, Colombia, y España.

Pero lo más acuciante es que la “militancia cultural” de Milei destruye día a día el aparato productivo argentino. O acaso vamos a creer que el “cambio cultural” ha hecho bajar la inflación. Esta ha descendido, (por ahora), debido a la gran recesión que ha provocado el brutal ajuste de la economía. Ajuste que de “cultural” no tiene nada y que provocara la más importante manifestación de los últimos tiempos en defensa de la educación pública. Ajuste que la prensa publica a diario con despidos y suspensiones de las empresas privadas y no de la casta como se había prometido. Ajuste que atenta contra prestaciones de salud muy sensibles como tratamientos de enfermos terminales y discapacidad. Por no hablar de los jubilados que según la impresentable Diana Mondino “para que quieren créditos si se van a morir”.

Ya hemos comentado que en nuestro parecer Milei cubre un vacío que la dirigencia política argentina no supo llenar con las soluciones que el País y el Pueblo necesitan, pero gobernar no es usar el privilegio que otorga la conducción del gobierno para enfrascarse en un ciclo de conferencias por el mundo al margen de la acuciante realidad del País para cuya solución fue votado.

El Congreso Nacional que algún desprevenido señala contento que por fin trabaja: sí, pero para destrabar un mamotreto de leyes que obedecen también a la “batalla cultural”. Lo importante parece ser imponer las “ideas de la libertad”. No importa si las empresas monopólicas, que tienen de rehén al mercado interno, pagan sus impuestos, compran dólares en el mercado negro o evaden a paraísos fiscales, lo que importa es que aplaudan en las conferencias del Presidente y después pongan los precios que quieran.

Nuestra dignidad como País soberano esta por el piso. El gobierno se muestra complaciente con nuestro enemigo que mantiene ocupadas las Malvinas. Acepta el Presidente reunirse con miembros de segundo orden del gobierno inglés, mientras elogia un símbolo del sentimiento antibritánico argentino como Margaret Thatcher.

Barcos con bandera inglesa se pasean por nuestro mar, mientras no se mueve un dedo, diplomáticamente al menos, para impedir una gran operación logística para el mantenimento de la ocupación de nuestras islas.

No entendemos como los partidos de oposición no han pedido la RENUNCIA DE DIANA MONDINO A LA CANCILLERIA, por mal desempeño, y por malograr en reiteradas oportunidades lazos de amistad y respeto con países amigos.

Después de todo este verso de la “batalla cultural” no hace más que esconder la incapacidad del Presidente y su gabinete de conducir el estado nacional. Tanta charlatanería sobre la “libertad” no es más que un nuevo programa de ajuste ultra liberal conducido por advenedizos al poder.

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