El fin de la decadencia latinoamericana. Por Elio Noé Salcedo

Aunque el periodismo ha dejado de cumplir cabalmente -salvo esporádica y excepcionalmente- su función y/o misión informativa; y su función y/o misión formativa sufre de parálisis cerebral (ya que no solo hemiplejía a derecha o izquierda), de vez en cuando aparece alguien y algo que despierta nuestro entusiasmo por volver a leer, o para escribir, como en mi caso, y confiar en algún medio independiente que lo quiera publicar.

En este caso que traemos a colación, no se trata de un periodista o de un medio nacional argentino ni latinoamericano sino de un medio y periodistas españoles que, volviendo a su antigua función y/o misión -que es principalmente informar sobre la realidad europea y formar en el lector europeo una opinión conteste a la realidad que se vive y las posibilidades de mejorarla-, analizan la decadencia de Europa en las actuales circunstancias. El artículo en cuestión se titula “¿El fin de la decadencia de Europa?” (Ver Hoy Día Córdoba, viernes 3 de enero de 2025, pág. 6, Córdoba / Opinión). De allí el título de nuestro artículo, que repara en el encabezado del artículo europeo.

Y no es que a nosotros nos interese principalmente la realidad europea, sino que, por contraste y comparación necesaria, podemos entrever nuestro déficit nativo en materia de análisis y explicación de nuestra propia realidad. En verdad, esos periodistas europeos merecen nuestras felicitaciones tanto por su dedicación a la misión que les es propia (prestar atención a su propia realidad), como por cierta profundidad o agudeza en el análisis y propuesta, que merecería imitarse -esto sí-, más que repetir -como se hace permanentemente en estas latitudes- las interpretaciones europeas o extranjeras en general sobre nuestra realidad, como estamos acostumbrados a recibir de los medios nativos colonizados en cuerpo y alma.

En esa línea que estamos comentando, los periodistas europeos (Juan Zufiri, Joaquín Coello y Manuel Doblaré, que publican su nota en el diario El País de España), advierten a la UE sobre la necesidad de invertir la tendencia actual en su modelo productivo y en la capacitación de sus profesionales, si quiere competir con EE.UU. y China en las actuales circunstancias. De entrada, sostienen: “Europa no es competitiva ni con respecto a EE.UU. ni menos aún con China”.

En nuestro suelo, salvo en publicaciones independientes y de parte de escritores, intelectuales o uno que otro periodista marginado -más que marginal-, es raro encontrar que alguien diga una verdad de Perogrullo como esa, respecto a nuestro principal competidor internacional actual: EE.UU. e incluso Europa.

Por el contrario, prima la dependencia respecto al pensamiento extranjero en esa materia, sobre todo la materia económica, que es el “caballito de batalla” y a su vez el “caballo de Troya” de la batalla cultural y del periodismo de guerra en nuestros pagos, tal vez porque nos falta un pensamiento económico nacional profundo que sea la base de esa conciencia nacional necesaria para adoptar y encarar una Política Nacional verdadera, consustanciada con nuestras necesidades e intereses nacionales y nuestros anhelos de desarrollo integral y realización como individuos, como sociedad y como Nación.

En efecto, el diagnóstico de los periodistas españoles parece ser muy lúcido respecto a su propia y acuciante realidad en cuanto al modelo productivo, la capacitación profesional y la situación de Europa respecto a los actuales colosos del mundo. Ello nos remite necesariamente a la acuciante realidad latinoamericana y a la necesidad de centrar nuestros ojos, nuestro pensamiento y nuestras teorías en nuestra propia realidad de conjunto.

Después del diagnóstico, los tres periodistas españoles mencionados abordan las medidas para mejorar la condición subordinada de la UE, entre las que se destacan por la osadía y la seriedad de la propuesta ante semejante situación, la eliminación delegislaciones y reglamentos locales y sustituirlos por europeos. Europa debe ser una federación sin limitaciones”.

Este tipo de medidas estructurales han sido sostenidas alguna vez en cuanto a América Latina y en particular el Sur de América Latina, por nuestros grandes estadistas latinoamericanos (desde Bolívar a Perón), pero no han contado con el apoyo contundente de economistas, intelectuales, académicos, ni del periodismo en general, trágicamente colonizado desde prácticamente los albores de nuestra vida histórica, después de los embrionarios intentos de un Moreno, de un Vieytes, de un Monteagudo o de un Belgrano.

La segunda propuesta del trío español respecto a Europa es la siguiente: “Crear un plan industrial concreto, estable, consensuado a largo plazo y alineado con Europa, seleccionando sectores”.

Más allá de la visión de conjunto del colectivo europeo -como debería ser también en el caso latinoamericano- se destaca la propuesta de reindustrialización en una Europa otrora muy desarrollada, y además en la planificación concreta, estable, a largo plazo y alineada con los intereses europeos, no norteamericanos ni chinos.

Después se remarcan las propuestas conducentes a ese objetivo principal como la de “aumentar la inversión”, que en nuestro caso latinoamericano no puede ser sino mixta -del Estado y de particulares- pero que, a falta de ésta última, el Estado Nacional debe hacerse cargo principalmente, por ser el único órgano de la República con poder suficiente para impulsar el desarrollo, ante la competencia y la arremetida de los intereses extranjeros y la extranjerización de la economía; y la de “incentivar (¡Oh coincidencia!) fiscalmente y con medidas directas el crecimiento y tamaño de las pymes”.

Esa es, sin duda, la razón también de que se quiera destruir el Estado: tanto por lo que hizo por nuestro desarrollo desde su creación en 1880, como por lo que es capaz de hacer en el presente y en el porvenir, con lo que, si prescindimos de él, se nos quita no solo el presente sino el futuro también. 

Finalmente, y ya incursionando en el rubro de “capacitación profesional” (que desde el vamos va atado al modelo productivo) -tema que hemos abordado muchas veces e incluso en profundidad- los periodistas europeos proponen “impulsar el atractivo de las vocaciones para carreras STEM desde primaria, con profesores más formados en las materias específicas; impulsar la Formación Profesional dual con apoyo del tejido empresarial; fomentar la excelencia en la docencia; repatriar talento español, hoy en EE.UU. y la Unión Europea”, pero teniendo en cuenta que al éxito “hay que planificarlo, financiarlo y en definitiva quererlo abordar manteniendo el esfuerzo estable y sin cambios de orientación”.

En síntesis, una receta que, como todas las recetas, hay que someterla a la propia realidad e intereses del que cocina, apelando a los ingredientes de la propia huerta y a esa mano original que siempre tienen los buenos y grandes cocineros.

Solo esperamos que sirva a aquellos que les gusta cocinar -o pensar en su propia Nación, en este caso- para idear y planificar en este año que comienza los mejores platos para la mesa de la familia latinoamericana, que a 200 años de su independencia política (9 de diciembre de 1824), espera y merece su segunda y definitiva emancipación, para la felicidad del Pueblo y el engrandecimiento de esa Gran Patria que soñaron y por la que pelearon nuestros verdaderos héroes nacionales. 

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