Los mercados dicen “caput”: el gobierno frente a una nueva encrucijada. Por Pablo Sartirana
El mejor ministro de la Historia anunció que el déficit cuasifiscal pasará del Banco Central al Tesoro, y la emisión de nuevas Letras del Tesoro para absorber la friolera de 11 billones de pesos en manos de los bancos. Toto Caputo habló a los banqueros con el corazón y los mercados financieros respondieron con una inédita suba del dólar paralelo y del riesgo país.
Enseguida salió a la palestra el hasta entonces asesor económico Fausto Spotorno para tratar de apagar el fuego con nafta. “Fue un anuncio muy técnico”, sostuvo Spotorno y olvidó aclarar que el dinero involucrado en pasivos remunerados pertenece a los ciudadanos. Pequeño detalle. También dijo que el mercado esperaba noticias más auspiciosas como ser la salida del cepo. El domingo renunció a su cargo.
Mientras tanto el FMI pide al gobierno una devaluación del peso. Lo mismo pide “el campo” que hasta hace pocos días retenía el 70 % de la cosecha.
El desplome de la actividad y el empleo condice con un aumento significativo de la pobreza y la indigencia en el último semestre. El único activo que el gobierno tiene para mostrar a la sociedad es una desaceleración del ritmo inflacionario. Pero tampoco en este tema tiene la vaca atada.
El presidente ha repetido como un mantra que la inflación es exclusivamente un fenómeno monetario y el dólar, un precio más de la economía. Si no devalúa, se expone a una sangría de reservas que debilita su posición. Si devalúa y los demás precios relativos de la economía suben (fenómeno registrado por el Indec como “inflación”), entonces su teoría económica está equivocada.
Veremos cómo se resuelve este dilema más temprano que tarde.