Mercado de armas. La política de defensa. El multilateralismo. Y la soberanía nacional. Por Horacio Paccazochi

De un tiempo a esta parte y debido al cambio acelerado en las relaciones de fuerzas a nivel mundial se da un debate sobre qué sistemas de armas debería adquirir la Argentina y sobre todo de qué origen.

Pero veamos primero una reseña de como se ha movido el mercado de armas en el mundo en el último siglo. Europa primero, con Inglaterra a la cabeza, y luego Estados Unidos han hegemonizado el mercado, sobre todo por ser los vencedores de ambas guerras mundiales. Rusia recién comienza a asomar a partir de la segunda guerra con la que sería el arma de fuego de mayor producción mundial de la historia, alrededor de 80 millones de unidades, el fusil de asalto AK-47.
Luego de Yalta, y sobre todo de los Acuerdos de Potsdam, Europa queda prácticamente dividida en dos y comienza la que se denominó la “guerra fría” entre el bloque occidental encabezado por EEUU y el Oriental por Rusia. El primero y sus aliados europeos constituirían la OTAN con sus propias normas de armamentos, y lo mismo haría Rusia con sus satélites en el Pacto de Varsovia.
Al quedar Argentina dentro del mundo occidental su provisión de armamento provino de ese bloque esencialmente de Inglaterra y EEUU. Aunque vale la pena recordar que nuestro país tiene una rica historia en cuanto a la producción para la defensa basta señalar la Fábrica militar de Aviones (1927), y la magnífica creación del General Savio la Dirección de Fabricaciones Militares no solo abarcando la defensa sino también otras áreas fundamentales como la minería, la química, la siderurgia y la metalurgia.
En todo este proceso el principal motor de la creación de una industria para la defensa y todos los avances tecnológicos aledaños fueron las Fuerzas Armadas. Más allá de los contenidos ideológicos o políticos de los gobiernos en que desenvolvieran su actividad. Sino recordemos que salvo los dos primeros gobiernos peronistas, los otros periodos de más desarrollo de la industria para la defensa se darían con el “Plan Europa” de Onganía con un acercamiento a la industria francesa, y luego entre los años 70 y 80 con la ingeniería alemana. De esta última coparticipación nacerían el TAM, (Tanque Argentino Mediano), producido por TAMSE en Boulogne Pcia. de Bs As., y el IA-63 “Pampa” en la Fábrica de Aviones entre otros proyectos y colaboraciones.
En el trascurso de esta rica historia fueron inmensas e incesantes las presiones externas para comprar sistemas terminados como para que no desarrolláramos los propios. Al mismo tiempo que cuando “sacábamos los pies del plato” recibíamos provocaciones como las de Inglaterra suministrando armamento a Chile superior al que Argentina estuviera por comprar o desarrollar. Mientras se escribe este articulo hay ofrecimientos a muy bajo precio de helicópteros Apache y cazas Eurofigther, basándose en la tradición probritánica de las Fuerzas Armadas chilenas en donde su marina por ejemplo es la única, fuera de la inglesa, que luce luto por Nelson. Pero eso no debe coartar nuestra necesaria cooperación con el país hermano para defender nuestras comunes posesiones en la Antártida que es mucho más que lo que a ellos los puede unir con los británicos.
Pero si algo vino a reforzar de manera definitiva este carácter díscolo de argentina dentro del bloque occidental esa fue la Guerra de Malvinas. Por la fuerza irrefutable de los hechos se acabaron las doctrinas de pertenencia, el TRIAR voló por los aires, y mientras los “amigos” occidentales nos hundían el Belgrano, o nos negaban las armas para defendernos, los otrora “odiados y antidemocráticos” países del mundo oriental al menos reconocían nuestra soberanía, o como el caso de Muamar el Gadafi nos enviaban gratuitamente armamento. Esto aparte del masivo apoyo de los países hermanos de América Latina.
En síntesis cual sería la actitud a tomar hoy en materia de política de defensa. Sin duda insistir en un camino autónomo en la medida que nuestras propias capacidades científicas y tecnológicas nos lo permitan, como así también la cooperación con los países de la región en proyectos comunes.
Pero cuando se trate de comprar sistemas de armas en el extranjero
ro nada debe impedirnos comprar lo mejor de acuerdo a nuestras necesidades. Hoy la industria de la defensa en el mundo ha progresado al mismo tiempo que los avances tecnológicos. En el presente son innumerables los países que poseen excelentes equipos. En nuestra propia región a parte de Brasil, Colombia cuenta con proyectos navales muy avanzados.

¡Basta de falsas doctrinas! ¡El multilateralismo debe ser la norma! Si hacen falta ejemplo de ello podemos citar a dos países que no sucumbieron a las presiones externas y supieron comprar lo que necesitaban. En nuestro continente Perú que desde hace años exhibe un mix de armamento, occidental, ruso y chino. Y el otro en el continente asiático es la India. Ambos ejemplos de multilateralismo y política independiente en materia de defensa a los cuales por hacerlo nunca se lo invadió o bombardeo.
Argentina posee hoy una base científica y tecnológica extraordinaria producto de años de acumulación de investigación en materia nuclear primero y aeroespacial luego. Recién en los últimos años nuestra empresa estrella el INVAP ha comenzado a desarrollar productos relacionados con la defensa nacional. La tecnología en materia de radares ha llegado ya a niveles de exportación, aparte de estar radarizando todo el territorio del país. Son innumerables también las colaboraciones con la industria aeronáutica. El FONDEF instaurado por el entonces ministro Rossi si bien insuficiente ha servido para reanimar la industria de la defensa en un camino que de proseguir gobiernos con carácter nacional debe llevarnos sin prisa pero sin pausa a recuperar nuestra capacidad de defender nuestra soberanía en todos los ámbitos.

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